També aquest diumenge signo al suplement econòmic Diners de La Vanguardia un ampli reportatge sobre la sacsejada que ha suposat la marxa de la DO Cava de Raventós i Blanc. És un reportatge de dues pàgines que segurament obrirà moltes reflexions:
La diáspora del cava
La marcha de Raventós i Blanc de la DO Cava sacude al sector mientras el Consejo Regulador niega que haya “ninguna crisis”
RAMON FRANCÀS
Sant Sadurní d’Anoia
La
marcha de Raventós i Blanc de la DO Cava ha sacudido al sector. La
pérdida de prestigio de la marca cava, especialmente en los mercados
internacionales, la deriva a la baja de los precios y la dinámica al
alza de las marcas blancas, el hecho de que sea una denominación de
origen que no identifique un único territorio (se produce en 159
municipios de siete comunidades autónomas españolas) así como el
encorsetamiento del reglamente en cuanto a la utilización de variedades
de uvas y a la limitación de la producción máxima para primar la calidad
ha animado a diversos elaboradores a dejar la DO Cava para amparar sus
espumosos bajo el reglamento de la DO Penedès. Pero Raventós i Blanc no
ha dejado el Cava por el Penedès. A partir de enero del próximo año los
espumosos elaborados fruto de la finca más histórica del cava dejarán de
ser cavas para adoptar un nombre propio. El director general de la
firma, Pepe Raventós, que dirige la compañía desde Nueva York, ha
afirmado: “mi ilusión es que los vinos de Raventós i Blanc de esta nueva
etapa tengan un nombre propio, el de Conca del Riu Anoia”. Añade que
espera que el nombre de esta pequeña área geográfica “nos ayude a
transmitir y a conocer mejor nuestra tradición vitícola, la fuerza de
nuestra tierra, las tipicidades de nuestras uvas y las características
de nuestros suelos: nuestra manera de elaborar vinos espumoso”. También
apunta que “todos tendremos que reinventarnos”. Han salido de la DO Cava
sin criticarla pero lamentan que sí lo hayan hecho las pequeñas bodegas
que han dejado el Cava para ampararse bajo la DO Penedès. Dice que
vivir y trabajar en Nueva York le ha permitido “pensar en grande para
actuar en pequeño”.
La marcha de Raventós i Blanc de la DO Cava
es la más llamativa de una diáspora de pequeñas bodegas que inició Mas
Comtal (2003), y a la que se han sumado firmas como Colet (2006), Mas
Bertran y Loxarel (2012). Otras bodegas, como Can Ràfols dels Caus,
meditan estos días abandonar el cava para engrosar los espumosos de la
DO Penedès, también elaborados siguiendo el método tradicional, como el
cava. Otras bodegas ya decidieron desde un primer momento amparar sus
espumosos bajo el paraguas de la DO Penedès, como es el caso de Can
Ramon Viticultors del Montgròs, el Hospital de Sant Joan Baptista de
Sitges, Mas Can Colomé Viticultors o Torre del Veguer. Además, Albet i
Noya, que hasta ahora solo producía espumosos con DO Cava, acaba de
estrenarse también elaborando espumosos con DO Penedès. Paralelamente
van eclosionando nuevos espumosos en zonas de Catalunya donde no se
puede elaborar cava, como es el caso de las DO Terra Alta o Tarragona.
El presidente del Consejo Regulador del Cava, Gustau García Guillamet,
afirma rotundamente que “aquí no hay ningún tipo de crisis”. Asegura,
también tajante, que “tras cada una de las empresas que se ha ido del
cava, cuya producción solo representa un 0,03% del total, ha habido
incumplimientos o dificultades para cumplir con nuestro
reglamento”.
O sea, que “el traje del cava les ha ido demasiado estrecho”. También
recuerda que desde el Consejo Regulador se está siendo “riguroso y
estricto” en el control, pero se muestra respetuoso con la libertad de
las empresas, puntualizando que “aquí no se obliga a nadie a quedarse”.
Sin embargo, muestra su “tristeza” por la marcha de una firma tan
histórica como Raventós i Blanc. Sea como fuere, revela que se han
empezado a estudiar, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura,
fórmulas de reforma del reglamento que permitan identificar en las
botellas el origen de algunos cavas singulares. Eso sí, critica que en
una zona donde se elaboran cavas, como el Penedès, se permita elaborar
otros espumosos de calidad, y recuerda que “en la Champagne solo se
producen champanes”.
Sergi Colet, uno de los principales
elaboradores de espumosos con DO Penedès, se muestra convencido de que
estos vinos efervescentes necesitan de una marca propia que los
identifique fácilmente ante los consumidores, así como “incrementar las
exigencias de calidad en cuanto a su elaboración”. De hecho, la crianza
mínima en botella de un espumoso de la DO Penedès ya es de 12 meses pero
se quiere incrementar hasta los 15 meses en el pleno del Consejo
Regulador del próximo mes de enero, mientras que los cavas tienen una
crianza mínima de 9 meses. Colet, que quiere “blindar” las reglas de los
espumosos del Penedès, ve la situación actual como “idónea”, ya que
cree que “nunca más habrá el actual caldo de cultivo”. La presidenta de
la patronal Pime Cava, Mercè Rossell, reconoce que la marcha de diversas
bodegas de la DO Cava “preocupa a muchos de nuestros asociados”. Añade,
sin embargo, que “el cava es una marca reconocida a nivel internacional
que hace falta reposicionar, para que recupere su imagen de calidad,
tradición y prestigio, que ya ha tenido anteriormente”. El director
general de una de las firmas de mayor prestigio, Ton Mata de Recaredo,
quisiera también mayores cotas de prestigio para el sector del cava, y
defiende abiertamente que en las etiquetas de las botellas se
identifique aquellos elaboradores que vinifican sus uvas. También anhela
disponer de “un nombre propio potente, sin apellidos”, una denominación
de origen calificada, para identificar los orígenes de cavas como los
de Recaredo.
Adiós al cava tras 27 cosechas
Raventós i Blanc deja la DO Cava tras 27 cosechas consecutivas. La facturación de esta bodega fundada en 1986 por Josep Maria Raventós i Blanc, el abuelo del actual director general y padre del presidente, se sitúa entorno a los 6 millones de euros, con una producción de 850.000 botellas (hasta ahora 600.000 de cava y el resto vinos tranquilos amparados por la DO Penedès). La finca de Raventós i Blanc, 90 hectáreas de bosques y viñedos en Sant Sadurní d'Anoia, pertenece desde 1497 a la familia Raventós, y se ha transmitido indivisible de generación en generación hasta hoy. En 1872 Josep Raventós Fatjó realiza el primer cava con uvas de esta finca. En 1984 Josep María Raventós i Blanc junto con su hijo Manuel Raventós, decidieron fundar esta bodega en el centro de esta histórica finca, junto a su símbolo, un viejo roble familiar que, pese a desplomarse, sigue aferrándose a la vida.
Las ventas de cava crecen un 6,5% hasta septiembre
R. FRANCÀS
Vilafranca del Penedès
Pese
a la crisis económica, durante los primeros 9 meses del año las ventas
de cava, globalmente, han crecido un 6,5% respecto el mismo periodo del
año pasado, según datos del Consejo Regulador del Cava. Las ventas en
los mercados de exportación se han incrementado un 9%, y un 2,8% en el
estancado mercado interior. De las 32.355 hectáreas de viñedo en
producción inscritas en la DO Cava, se recolectaron 260 millones de
kilos de uva en la última vendimia. De la añada se ha destacado el
“excelente” estado sanitario de la uva. Sin embargo, el presidente del
Consejo Regulador del Cava, Gustau García Guillamet, se muestra
preocupado por los bajos precios que se pagan por la uva en un momento
en el cual el mercado demanda más vino a causa de la caída de la
producción por la sequía. Tras reconocer que los viticultores “tienen
razón de quejarse”, recuerda que no compete al Consejo marcar precios,
sino que “es una decisión entre compradores y vendedores”.
Desde
el Consejo Regulador, que recientemente ha realizado acciones
promocionales en Nueva York y Portland para “mostrar a los compradores
la calidad y versatilidad del cava”, se ha anunciado también que Estados
Unidos se ha consolidado, según los últimos datos, como el cuarto país
importador de cava. Se vendieron durante el año pasado en los Estados
Unidos 17,3 millones de botellas. En los últimos diez años, el cava ha
conseguido doblar las ventas en este país, siendo los más solicitados
los bruts, los rosados y los reservas. Más están creciendo globalmente
las ventas de cavas rosados. Su consumo se ha triplicado en los últimos
diez años, y cada vez son más las bodegas que se animan a lanzar al
mercado novedades. El año pasado se vendieron un total de 24 millones de
botellas de cava rosado, mientras que en 2002 el consumo se reducía a 8
millones. En los años 90 había muy pocas empresas que elaboraban cava
rosado. Actualmente, ya son 160 las empresas las que lo ofrecen.
García Guillamet también ha afirmado que hasta finales del pasado mes
de septiembre "no ha habido incidencia del boicot al cava catalán". Pese
a que cavas no catalanas están reconociendo incrementos de ventas a
raíz del proceso soberanista de Catalunya y de que cavistas catalanes ya
han reconocido que la situación es “dramática”, García Guillamet apunta
que "tenemos la impresión de que un boicot como el del 2005 no lo
volveremos a vivir". Los anteriores boicots sí hicieron mella, e incluso
han quedado recogidos en la popular enciclopedia libre Wikipedia,
concretamente en la entrada que hace referencia al “anticatalanismo o
catalanofobia”. De hecho, en el 2010 el sector del cava aún no había
recuperado la cifra récord de 101,3 millones de botellas vendidas en el
2006 en el mercado interior. Con el primer boicot de 2005, las ventas en
el mercado nacional retrocedieron aquel año un 6,59%, situándose el
número de botellas vendidas en 93,5 millones. Elñ presidente de la DO
Cava asegura que las pérdidas fueron notables, así como el daño moral, y
que el cava “no tiene color político”. Pese a ello, el año pasado, sin
boicots explícitos pero en plena crisis, las cifras de venta de cava en
España fueron las más flojas desde 1995. En 2011 solo se vendieron 87,3
millones de botellas de cava en el mercado interior.
Que facin un manifest la Machi i el Wert.
ResponElimina