A la recontraportada d'Economia de La Vanguardia signo avui l'emergència d'un celler penedesenc que vol apostar per la qualitat i que està creixent tot i irrompre en el mercat en plena crisi econòmica:
La bodega Mas Rodó incrementa su facturación un 40% en el último ejercicio
Vino emergente
RAMON FRANCÀS
Mediona
Una nueva bodega familiar en el Penedès, cuyo proyecto nació hace 7 años
con "una clara vocación de excelencia en la elaboración de vinos
monovarietales", ha sido capaz de emerger pese a salir al mercado con sus
primeros vinos en plena crisis económica, en marzo del 2009. Cuentan con una
extensión de 150 hectáreas, entre varios valles y vertientes de la zona
montañosa del Penedès superior, a 500 metros de altura sobre el nivel del mar,
en Mediona (Alt Penedès). Sus viñas en producción, situadas en un bello entorno
natural, ocupan 30 hectáreas. Es un proyecto pensado parar elaborar un máximo
de 120.000 botellas anuales. El primer año produjeron 20.000 botellas, el
segundo 35.000, y el tercero 50.000. La inversión total destinada al proyecto
ha sido de 4 millones de euros, totalmente desembolsados con financiación
propia. El objetivo principal de la bodega se centra ahora en el mercado
catalán y en la exportación, que actualmente representa el 40% de los ingresos.
Exportan a Japón (donde ya cuentan
con tres importadores), China, Estados Unidos, México, Alemania, Bélgica, Francia
y Mónaco. De cara al 2013 confían en abrir mercado en Brasil, en incrementar
sus ventas en la China y en Catalunya y en potenciar su apuesta enoturística. La
facturación total del último año ascendió a 360.000 euros, tras haber crecido
un 40% respecto al 2010, y esperan cerrar el presente ejercicio con un incremento
de ventas del 15%. Este ejercicio incrementarán la producción para acompañar al
crecimiento. En los últimos tres años han invertido más de 150.000 euros en
marketing y en una notable presencia en ferias vinícolas locales y de carácter
internacional, conscientes de que “no todo acaba invirtiendo en la finca y en
la bodega”.
El propietario de Mas Rodó, el
empresario Oriol Sala, afirma que la voluntad no es crecer por crecer sino
“hacer las cosas bien”. Su hija Cristina, que se ocupa del departamento de
comunicación y marketing, añade que buscan, además, un carácter diferenciador
para sus vinos, apostando por bajos rendimientos de uva en un clima más
continental que el de buena parte del Penedès, y con mayor salto térmico. Este
proyecto vitivinícola, cuya dirección técnica está en manos de uno de los hijos
del propietario, Oriol, también destaca por la variada composición de los suelos
de sus viñas, desde los arenosos a los calcáreos, pasando por los pedregosos. Han
destacado con vinos blancos de variedades autóctonas como la montònega
(fenotipo de la parellada) y el macabeo, y han empezado a cosechar medallas en
concursos internacionales y buenas puntuaciones incluso en guías internacionales.
También la bodega, un proyecto de otro de los hijos del propietario, el
arquitecto Carles Sala, fue finalista de los premios FAD del 2009. Se cuidó
mucho de integrar la bodega en el entorno. Se construyó en un cerro, sobre la
base de una antigua masía del siglo XVIII (Mas Rodó) que se encontraba en
semi-ruinas. Se reformó la parte existente de la vieja masía y sobre esta base
se desarrolló un diseño innovador de bodega.
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