En el número d'octubre/novembre, el 45, de la revista Planeta Vino (http://www.proensa.com), que dirigeix un dels principals prescriptors espanyols, Andrés Proensa, signo el perfil més aprofundit (7 pàgines) dedicat a un empresari del món del vi que he fet al llarg de la meva carrera. M'acosto, de vegades fent servir la meva relació personal de molts anys amb ell, a la personalitat d'una de les figures emblemàtiques, potser la més destacada, del vi espanyol durant els últims quaranta anys: Miguel A. Torres Riera.
MIGUEL A. TORRES
TODA UNA VIDA
RAMON FRANCÀS
Finalmente en junio pasado se
desveló el secreto mejor guardado en Torres tras concluir el proceso sucesorio
al frente de la compañía. Miguel Torres S.A. inició el proceso de transición en
su órgano directivo para dejar paso a la quinta generación al frente de la
empresa familiar. Miquel Torres Maczassek (1974), el único hijo varón del
presidente, asume el cargo de director general del grupo desde el día 1 de septiembre.
El actual presidente y director general, Miguel Agustín Torres (1941), continúa
ejerciendo la presidencia del grupo. El anuncio de relevo al frente de la
dirección general se desencadenó tras una profunda remodelación del equipo
directivo no ajena a la polémica.
La transición llega en el momento en que Miguel A. Torres cumple 71 años, tal
como se recoge en el protocolo familiar. En los dos últimos años y medio,
Miguel Torres Maczasseck ha ejercido la presidencia ejecutiva de la Sociedad Vinícola
Miguel Torres S.A., filial del grupo en Chile (Curicó). Anteriormente
contribuyó al crecimiento de la compañía como director de marketing del grupo
desde 2004, y fue director general de la bodega Jean Leon desde 2001 (propiedad
de Torres desde 1995). Anteriormente trabajó para Danone y fue director de
marca de los perfumes Carolina Herrera New York, de la compañía de perfumes
Antonio Puig, donde también fue el responsable del lanzamiento de la fragancia
212 MEN. Miquel Torres Maczassek, que este año ha sido padre por tercera vez,
ha visto cómo se hace realidad uno de los sueños de su padre, el de la viña de
Empedrado. Este proyecto culminará el 2013 con la salida al mercado del primer
vino, cómo ha anunciado Miquel Torres Maczassek en una entrevista concedida a
la revista chilena Gente's Wine & Collections. De momento sólo ha
trascendido que Miquel Torres Maczassek está "muy contento" con la
pinot noir de Empedrado, un proyecto que Miquel A. Torres impulsó en pizarrosas
tierras chilenas. En Gente's Wine & Collections también se muestra
satisfecho de haber apostado en Chile por el comercio justo, y espera
incrementar el éxito de un espumoso elaborado con una variedad de uva autóctona
(la variedad País), el Santa Digna Estelado, que no se comercializa en el
mercado español. En el marco de esta entrevista también manifiesta que ahora, a
raíz de su estancia en Chile, entiende más a su padre: "a nivel personal,
cuando era pequeño y mi padre se iba de España y vendía en Chile y después lo
veía dos o tres semanas más tarde... nunca lo entendí del todo, y el hecho de
venir a Chile me ha ayudado a comprenderlo más a él y a mi abuelo por lo que
hicieron en su momento".
Por su parte, Mireia, hermana de Miquel, continuará al frente de las empresas
del grupo Jean Leon y de Torres Priorat como directora general. También
continuará como asesora enológica del grupo. Desde 2004 hasta 2010 fue
directora técnica del grupo Torres, responsabilizándose de la elaboración y
gestión de los vinos de la bodega en Pacs del Penedès, Rioja, Ribera del Duero
y Priorat. El proceso sucesorio ha sido tutelado a través de un protocolo
familiar desarrollado bajo los consejos de una consultora especializada.
Relevo en el momento más dulce
El relevo generacional al frente de la dirección en Torres se produce en el
momento más dulce para la compañía, que en lo que va de año ha alcanzado ya un
récord histórico de ventas de vino en los mercados de exportación tras crecer
hasta finales de junio un 10%. Incluso en el estancado mercado interior las
ventas también han crecido este 2012 un significativo 2,6%. Por su parte, las
ventas de brandy, de gran peso en el negocio, se han incrementado un 10%. El
Grupo Torres ya cerró 2011 con una facturación récord de 215 millones de euros,
lo que supuso un crecimiento del 4,9% respecto al año anterior pese al entorno
de crisis internacional, con un mercado más competitivo y con tipos de cambio
muy desfavorables de algunas divisas, como la libra. Todo ello lleva al
presidente de la compañía, Miguel Agustín Torres, a afirmar que “pese a la
recesión, las cosas nos van bien y las perspectivas para este año son buenas”.
Torres está intensificando su estrategia de crecimiento en los mercados
emergentes, los BRIC. Recientemente ha completado la red comercial para vender
en la totalidad de la India, donde se enfrenta a problemas arancelarios, y
Brasil. Incluso negocia, ahora que ya cuenta con una plantilla de 250
trabajadores en China y una destacada distribuidora, un vuelo directo entre Shangai
y Barcelona con la compañía China Eastern Airlines.
Se exporta el 72% de la producción, a más de 150 países
Incorporado al negocio familiar en 1962, el actual presidente y consejero
delegado, cargos que ocupa desde 1991, deja a los 71 años las responsabilidades
ejecutivas. Miguel A. Torres y su padre, Miguel Torres Carbó, han sido los
verdaderos artífices del crecimiento y la internacionalización de una empresa
que ya exporta el 72% de su producción a más de 150 países de todo el mundo.
En el último ejercicio México, Reino Unido, Países Bajos, que ha subido un
puesto por encima de Alemania, y Finlandia, se han situado como los principales
mercados de exportación para Torres. Destacó especialmente el crecimiento de
mercados maduros como Reino Unido, Países Bajos, Alemania, Bélgica y Finlandia.
Por su parte, han experimentado crecimientos de doble dígito otros mercados
nuevos como Rusia, Lituania y China. No hay duda de que el vino español debe
mucho a Torres, especialmente como abanderado de la internacionalización. Es,
además, una de las marcas más relevantes del planeta. Algunas de sus marcas,
como el Sangre de Toro, que se elabora desde 1954, una época en la que
los graneles copaban la inmensa mayoría de la producción española, se han convertido
en grandes embajadoras del vino español por todo el orbe. Incluso la curia
vaticana ha brindado con Sangre de Toro. El primer pedido vaticano fue en 2005,
coincidiendo con el galardón que el salón Vinitaly concedió a Torres como mejor
bodega española del año.
Miguel A. Torres ha basado parte de su éxito en su decidida y tenaz apuesta
comercial, en la innovación y en la tecnología. En 2005 la revista inglesa Wine
International le otorgó, precisamente por su innovación, la distinción de personalidad
del año en el mundo del vino: “Personality of the Year. Un año después, en
2006, la revista americana Wine Enthusiast proclamó Torres como la mejor bodega
del año del continente europeo. Ha dirigido su compañía, en cierta forma, como
lo hiciera su padre, dejando bien pocas cuestiones, por insignificantes que
puedan parecer, al azar o al margen de su control o aprobación personal. O sea,
han sido trabajadores incansables dotados de un alto instinto y avidez
comercial. No pocas veces Miguel A. Torres ha recordado, en este sentido, que
“cuesta más vender una botella que elaborarla”.
El ‘Almuerzo de los Garbanzos’
Amante del deporte, de la vida sana, de la lectura y de pasear en bicicleta en
familia entre los viñedos del Penedès, Miguel A. Torres ha considerado que la
plantilla de su compañía es su principal activo. Quizás por ello instauró
compartir mantel cada 15 días con sus trabajadores, compartiendo un simple
plato de garbanzos en la cantina de su empresa. Lo bautizó como el Dinar dels
Cigrons (el Almuerzo de los Garbanzos). Compartía una ensalada y un plato de
esta leguminosa de la familia de las fabáceas con diez trabajadores en cada
ocasión, cada dos semanas y por riguroso orden alfabético. El objetivo era,
simplemente, departir con ellos y conocer más a fondo la realidad de su
compañía.
Es un hombre con apariencia de cierta timidez pero afable. Siempre tiene a mano
un bolígrafo y un papel para anotar reflexiones o datos. También es amante de
las anécdotas. La mejor de ellas me la contó en verano del 2002. Le ocurrió en
Chile e ilustra muy claramente su gran dedicación al negocio familiar: Lo
primero que hizo el presidente del imperio Torres al llegar a su habitación del
hotel de Santiago de Chile en el que se alojó, coincidiendo con la última
vendimia en sus viñedos de Curicó, fue dirigirse, como le enseñó su padre, al
mueble bar. Miguel A. Torres lo hizo para comprobar si había o no un botellín
de uno de sus brandies. Tras comprobar que todo estaba en orden (en el mueble
bar había su brandy) se fue a dormir tranquilo. Sin embargo a la mañana
siguiente, en el pasillo de su habitación, se topó con el mozo encargado de
reponer las bebidas empujando un carro en el que solo había coñac. No dudó en
abordarle para preguntarle por qué no llevaba brandy. El incauto mozo, que
desconocía por completo quién era quien se le había dirigido, le respondió que
los botellines Torres solo eran para la habitación del Sr. Torres. Esta
anécdota le sirve para explicar que la lucha por la calidad y para ganar
mercados hay que librarla y mantenerla a diario, incluso en una gran compañía
como la suya.
Le ha quitado el sueño en más de una ocasión la cultura del botellón y ha
trabajado por asociar el consumo moderado de vino de calidad con el hedonismo.
Quizás por ello se ha convertido en el empresario que más ha contribuido a
hacer realidad la Fundación para la Investigación del Vino y Nutrición (Fivin).
Desde su creación en 1992, orienta sus actividades a valorar los posibles efectos
protectores del consumo moderado de vino en nuestro organismo y sobre la salud
humana desde un punto de vista médico. Por ello realiza un trabajo continuo de
investigación y recopilación sobre vino y salud, bajo la supervisión de un
comité científico formado por médicos, técnicos en salud y nutrición de
reconocido prestigio nacional e internacional.
Más de 50 marcas y 3.849 hectáreas de viñedos
El apellido Torres está ligado al vino desde hace más de tres siglos, cuando se
plantaron las primeras viñas en Vilafranca del Penedès. Desde sus orígenes en
1870, como empresa exportadora, Bodegas Torres “ha conseguido aunar tradición y
nuevas tendencias empresariales y vinícolas”, como se asegura desde la
compañía. Hoy el negocio familiar comercializa más de 50 marcas diferentes y
mantiene el brandy como uno de los principales bastiones de la compañía. En
España, Bodegas Torres tiene viñedos en las denominaciones de origen Penedès,
Conca de Barberà, Priorat, Jumilla y Costers del Segre (a 1.000 metros de altura
en Talarn), y bodegas en Penedès, Priorat, Ribera del Duero y Rioja. También ha
apostado por Rueda a través del vino Verdeo.
A nivel internacional posee bodega y viñedos en Chile (Valle Central, en
Curicó) y en California (Estados Unidos). En total, la compañía posee 3.849 hectáreas de
viñedos, de las que 1.452 corresponden a España, 440 a Chile y 32 a California. La
cuarta generación de la familia Torres está representada por el presidente de
la empresa Miguel A. Torres, los vicepresidentes Juan Mª Torres y Marimar
Torres, que también dirige la bodega de California. La quinta generación está
representada por Mireia Torres Maczassek; Miguel Torres Maczassek; Arnau Torres
Rosselló y Cristina Torres.
Nacido en Barcelona, Miguel A. Torres es el segundo hijo de Miguel Torres
Carbó y Margarita Riera. Está casado desde 1967 con la presidenta de la
Fundación Torres, la artista Waltraud Maczassek, y es padre de tres hijos. En
1957, inició sus estudios en la Universidad de Barcelona, (Ciencias Químicas).
Ingresó en 1959 en la Universidad de Dijon (Borgoña), donde se especializó en
Enología y Viticultura. En 1962 se incorporó al negocio familiar. En 1977
publicó su primer libro: "Viñas y Vinos" (actualmente en su séptima
edición en castellano e inglés actualizada y revisada). A esta obra le
siguieron "Vino español, un incierto futuro" (1979) y cinco obras
más. En 1982 decidió ampliar sus estudios de viticultura y enología en la
Universidad de Montpellier (Francia) durante un año sabático.
Significativos premios y distinciones
Los premios y distinciones que ha cosechado hay sido numerosos y
significativos. En 1996 el gobierno chileno le concedió la orden Bernardo
O¨Higgins en el grado Gran Oficial, agradeciendo sus servicios para el logro de
una mejor relación entre España y Chile, así como por su contribución al
desarrollo vitivinícola del país sudamericano. En el año 2002 la prestigiosa
revista Decanter le otorga el galardón “Decanter Man of the Year 2002”. En el 2010 recibió los
premios “Meininger Verlag” (otorgado por la revista alemana Weinwirtschaft),
“Livets Goda Hall of Fame” (en Suecia) y el “Lifetime Achievement Award”
(concedido por International Wine Challenge, en reconocimiento a su trayectoria
profesional). El año pasado, Miguel A. Torres recibió el “Lifetime Achievement
Award”, otorgado por Drink Business Green Awards en reconocimiento a su
contribución a favor de las prácticas vinícolas ecológicas, y este mismo año ha
recibido la Encomienda de la Orden del León de Finlandia, en reconocimiento a
su labor de promoción de las relaciones culturales y comerciales entre España y
el país nórdico durante las últimas cuatro décadas
Ya en el 2003, Miguel A. Torres me comentaba que en su compañía se destaca como
uno de los principales valores la ecología y el conservacionismo. Son “parte de
nuestra estrategia”. Aseguraba ya entonces que practican el conservacionismo
porque “vivimos de la tierra”. Hace ya muchos años que trabaja con el anhelo de
convertir el Penedès en “la isla verde de Barcelona” evitando la proliferación
de unos polígonos industriales y logísticos que han amenazado los ancestrales
paisajes de viñedos del corazón vitivinícola de Catalunya. También hace muchos
años que colabora en la protección de rapaces en peligro de extinción, como es
el caso del cóndor o el águila perdicera.
Miguel A. Torres ha ocupado diversos cargos en el sector, como presidir las
patronales Unió Vinícola del Penedès (Uvipe), de la que ya fue presidente su
padre, o la Associació Vinícola Catalana (AVC). También fue uno de los
impulsores de la ahora aletargada asociación Qalidès (síntesis de calidad y
Penedès en catalán). Nacida en 2004, y formada por bodegas de prestigio del
Penedès con viñedos propios, Qalidès se creó con el objetivo de “transmitir que
hay otro Penedès, un Penedès preocupado por conservar el cultivo de la viña,
que es respetuoso con el entorno y con su identidad paisajística, y que busca
transmitir en sus vinos de finca la tipicidad de los terruños de cada una de
las diferentes propiedades y situarlos entre los mejores del mundo”. Miguel A.
Torres también fue uno de los impulsores y avaladores de la creación de la
inicialmente controvertida DO Catalunya, hoy la principal denominación catalana
de vinos tranquilos con unas ventas de cerca los 60 millones de botellas. La DO
Catalunya ya dobla a la del Penedès tras haber atraído marcas de gran volumen
de los principales grupos vitivinícolas catalanes, entre las que no faltan
productos de Torres como Viña Sol, Viña Esmeralda, Sangre de Toro, Gran Sangre
de Toro o De Casta.
Recuperación del parque ampelográfico
Bajo su gestión y junto con su hija Mireia, también se han lanzado
decididamente a la recuperación de ancestrales variedades de vid con las que
dar una personalidad única a unos nuevos vinos de facturas modernas. Bodegas
Torres, que se ha pasado años insertando anuncios en la prensa local y comarcal
buscando unas variedades no cultivadas que prácticamente desaparecieron con la
llegada de la plaga de la filoxera a finales del siglo XIX, ha sido pionera en
la recuperación de variedades perdidas. Una de ellas, la garró, se incorpora en
pequeñas proporciones a uno de sus tintos más estelares, el hedonista Grans
Muralles de Poblet (DO Conca de Barberà). Han encontrado medio centenar de
variedades catalanas, de las cuales 23 eran desconocidas hasta ahora. De éstas,
seis tienen un “buen potencial”. De hecho, están a punto de lanzar al mercado
un nuevo vino de variedades ancestrales.
También han sido pioneros en el terreno de los vinos desalcoholizados
(Natureo), han cosechado grandes éxitos comerciales con sus brandys en países
como México y Lituania y están apostando fuerte por sus vinos de finca, entre
los que sobresalen productos como Mas La Plana, Grans Muralles, Milmanda,
Fransola, Waltraud, Perpetual Salmos o Reserva Real.
Decidida contribución a luchar contra las emisiones de CO2
Torres, que fue uno de los grandes valedores de la DO Catalunya, hoy la
principal denominación de origen catalana en volumen, también se ha significado
especialmente a la hora de impulsar el ambicioso proyecto “Wineries for Climate
Protection”, que ha nacido de la inquietud mostrada por diferentes
instituciones y bodegas del Penedès que vieron la necesidad de actuar ante la
nueva realidad climática y el efecto que esta pueda tener sobre el viñedo, muy
sensible a los cambios de temperatura, así como un posible cambio en la calidad
y en la identidad de los vinos. Desde este organismo se ha reflexionado e
intercambiado las experiencias que están implementando diversas bodegas con el
fin de paliar y adaptarse a los efectos del cambio climático, con el compromiso
común de reducir el 20% de las emisiones de CO2 para 2020. Wineries for Climate
Protection organizó en la última edición de Alimentaria su primer acto oficial
de este año para dar a conocer la relación de bodegas que ya se han adherido al
manifiesto a favor de la protección del medio ambiente y de la producción
sostenible como fuente de competitividad en el sector. Se anunció que ya se han
adherido cerca de 247 bodegas de toda España.
Miguel A. Torres ha incidido de forma destacada en la importancia de invertir
en proyectos de investigación I+D+i, que en el caso de Bodegas Torres ha
recaído en un proyecto de captura y almacenamiento de CO2 mediante algas,
ensayos en el viñedo con distintas orientaciones y portainjertos de distinta
resistencia a la sequía, desarrollo vegetativo o tendencia a retrasar la maduración
para contrarrestar los efectos del cambio climático o ensayos para medir la
evolución del viñedo ante distintas concentraciones de CO2. Torres, con Miguel
A. Torres al frente, se ha convertido en la primera compañía vitivinícola del
mundo en desarrollar una planta capaz de fijar el CO2 procedente de los
procesos de fermentación del vino y convertirlo en materia orgánica. Podría
tener aplicaciones tanto como abono como para producir biocombustible. Han
recurrido a una tecnología prehistórica para contribuir a resolver el problema
de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Esta tecnología con estas microscópicas
algas es la punta del iceberg de los esfuerzos de Torres para contribuir a
minimizar los efectos del cambio climático. De hecho, aseguran que “no hay buen
vino que no respete la naturaleza”. El presidente de la compañía, Miguel A.
Torres, se llega preguntar “¿qué pensarían nuestros hijos y nietos si no
hiciéramos nada ante el cambio climático?”. Este grupo vitivinícola, que afirma
que “la calidad comienza en el medio ambiente”, invierte 10 millones de euros
en diez años en medidas medioambientales, que van desde la reforestación, la
protección del águila perdicera y el cóndor o la mejora de procesos de
tratamiento de las aguas residuales con bioreactores de membrana a la
utilización de una flota comercial de unos cuartenta vehículos híbridos o una
furgoneta eléctrica que utilizan en su bodega vdel Penedès. También han
instalando placas fotovoltaicas para obtener hasta un 11% de sus necesidades de energía eléctrica y
están reduciendo el peso de las botellas de sus vinos.
El propio presidente de la compañía conduce un coche híbrido (Toyota) en
consonancia con los nuevos tiempos, aunque años atrás le gustaba conducir
potentes turismos como el también japonés Subaru Impreza WRX (turbo), un sedán
deportivo de nada más y nada menos que 218 caballos que siempre escogía con la
carrocería de color azul metalizado.
En 2011 la inversión en I+D+i fue de 2 millones de euros. Bodegas Torres tiene
una filosofía ecológica muy nítida, con diferentes acciones que recoge en su
proyecto Torres & Earth (www.torresearth.com). La empresa ya consiguió el año pasado
avanzar en uno de sus grandes objetivos, reducir las emisiones de gas
carbónico, bajando este último año un 5,9%.
Apuesta enoturística
No menos destacada ha sido la
apuesta enoturística de Torres. Desde que el centro de visitas de la firma
abriera sus puertas en 1986 en el Penedès, ya han sido más de millón y medio
las personas que han pasado por las instalaciones para realizar alguna de las
múltiples actividades que Torres ofrece, como visitas a las viñas, cursos de
cata, maridajes, experiencias gastronómicas, degustaciones, cenas a ciegas e
incluso actividades a medida para grupos. Hoy es una de las tres bodegas
catalanas más visitadas, recibiendo cerca de 100.000 personas al año.
Por otra parte, desde la Fundación Torres, creada en 1986 por Miguel Torres
Carbó y que presidió su esposa Margarita Riera (actualmente la preside Waltraud
Maczassek), se están impulsando una treintena de proyectos “destinados a
mejorar el bienestar de las personas, la preservación del entorno natural y el
progreso de la sociedad”. Aseguran que “apoyar a la gente mayor, a las personas
necesitadas, la cultura, la preservación del medio natural y especialmente a la
infancia es nuestra forma de dar las gracias a este mundo que nos ha dado
tanto, que nos lo ha dado todo”.
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