Certament curiosa és aquesta noticia recollida per un blog i amplificada per ABC. Esperem, però, que aquest fet no doni més ales a les tesis del senador socialista Juan Cardona, qui ha dit que el vi és una droga.
El muerto que empina el codo
Se trata de Petra Dumitru, un rumano que aparece bebiendo vino junto a su esposa en la imagen de su lápida
Petra Dumitru quería ser recordado por los dos grandes amores de su vida: su esposa y el vino. Así se lo hizo saber a su cuñado, Stefan Toma, días antes de morir a los setenta y cinco años de edad en Iasi, Rumanía. Esa es la razón por la que Dumitru posa junto a su esposa en la imagen que luce su lápida, y esa es la razón por la que no mira a la cámara: bebe vino.
A las autoridades eclesiásticas, en cambio, la voluntad del difunto les parece, como poco, frívola y descarada. Los responsables del camposanto han comunicado a la prensa que hay un debate abierto en torno a la conveniencia de respetar la voluntad de Dumitru y a la indignidad que supone lustrar la memoria de un cristiano con semejante imagen.
Una historia peculiar que descubrimos en el blog «La Rana Que Quiso Reinar» en nuestro paseo diario por la “blogocosa” hispana, y que fue portada de Bitácoras.
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