dilluns, 2 de juliol del 2012

Jorge Ordóñez i la seva aclaparadora personalitat



En el número del mes de juliol de la revista Vinos y Restaurantes intento retratar la gran personalitat, aclaparadora, de Jorge Ordóñez i els seus vins. No hi ha dubte que Ordóñez, ben acompanyat de la seva germana Victoria, és un personatge imprescindible del món del vi. Haig de reconèixer que vins seus com el moscatel d'Alexandría Esencia Nº 4 m'han emocionat com pocs vins han aconseguit fer-ho al llarg de tota la meva trajectòria professional.


Jorge Ordóñez, vinos y personalidad arrolladora


RAMON FRANCÀS

Nuestro sello diferencial es la elaboración artesanal a partir de variedades autóctonas españolas procedentes de viñedos muy viejos, menos productivas, pero que proporcionan más calidad en todos los sentidos. Nuestras bodegas boutiques (de autor) trabajan centradas exclusivamente en la excelencia”. Esta es la carta de presentación de Grupo Jorge Ordóñez, el grupo vitivinícola de un malagueño amigo del gurú Robert Parker que ha conquistado los Estados Unidos. Bajo su sombrero se esconde un hombre franco, incisivamente directo y con personalidad arrolladora. Grupo Jorge Ordóñez es, como afirman en su propia página web, “una escogida selección de bodegas españolas.  Elaboramos algunos de los vinos más prestigiosos y premiados internacionalmente”. El artífice es Jorge Ordóñez, “una de las personalidades más relevantes del vino en el mundo”, y le acompañan como gerentes de las bodegas su hermana Victoria Ordóñez, en Bodegas Jorge Ordóñez, La Cana y Avanthia; Jose Miguel Sanmartín en Bodegas Alto Moncayo y Rafael Cañizares en Bodegas Volver y Venta Morales. El grupo lo forman Bodegas Alto Moncayo (DO Campo de Borja), Bodegas Avanthia (DO Valdeorras), Jorge Ordóñez & Co. (DO Málaga y DO Sierras de Málaga), Bodegas La Cana (DO Rías Baixas), Bodegas Tarima Hill (DO Alicante), Bodegas Venta Morales (DO La Mancha) y Bodegas Volver (DO La Mancha y DO Jumilla). A estas bodegas se suman proyectos como el de Zerran, un tinto de garnacha, syrah y cariñena de la DO Montsant fruto del tándem que Ordóñez ha establecido con el elaborador de Capçanes Joan Ignasi Domènech (Vinyes Domènech).
            Asegura que cuando empezó en 1987 “la situación del vino español en Estados Unidos era desoladora, dominada prácticamente por Sherrys baratos, y aburridos Riojas acumulando polvo en las estanterías inferiores de las tiendas de vinos”. No le falta razón. Habiendo crecido en Málaga en el seno de una familia dedicada a la distribución de vinos españoles, Ordóñez conocía todos los trucos de este negocio: desde cargar camiones, hasta evaluar las muestras de las barricas para cerrar contratos. No tardó en darse cuenta del potencial del vino español en América. Hoy es uno referencia imprescindible en el mundo del vino. Afirma que hacen vinos “a la antigua”, y que “el peor enemigo del vino es el enólogo”. Ordóñez es también un pionero. Se convirtió en la capital del ajo en el primer elaborador de verdejo en Castilla La Mancha (Paso a Paso) y  en 1991 en el primer exportador de Rías Baixas.
            Bodegas Jorge Ordóñez estuvo presente el pasado mes de marzo en el área de excelencia del salón Alimentaria (Premium). Dio a conocer entre jamones y embutidos de  Joselito y conservas La Brújula (sus berberechos son una delicia) vinos que dejan estupefacto. Es el caso del dulce natural de moscatel de Alejandría Esencia Nº 4, un vino al que hay que ir a buscar referentes en la Málaga del siglo XVIII. Es fruto de unos viñedos preciosos plantados hace entre 80 y 100 años que ofrecen unas uvas de las que sólo se obtiene un rendimiento del 6% Su fermentación se prolonga por espacio de más de dos años en barrica de roble francés. El resultado es ciertamente arrollador (99 puntos Parker en 2006). También presentó en Alimentaria vinos que sorprenderían al más pintado en una cata a ciegas, como el tempranillo manchego Volver: un tinto de gran extracción que Ordóñez define como ‘la bomba de La Mancha’. También lucen con luz propia vinos como el moscatel Botani (DO Sierras de Málaga), los mencías Avanthia,  el monastrell Tarima Hill y las garnachas Veratón, Alto Moncayo y Aquilón 2010 (esta última donde las notas balsámicas y la gran frescura se alían con la vivacidad y la concentración). Todos ellos se sitúan a un gran nivel con un sello, un hilo conductor, muy particular.

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