En el segon número de la revista de prestigi Selectus Wine signo un ampli reportatge on s'alnalitza com els cellers se les empesquen per combatre la caiguda de consum i vendes. L'enginy, els productes desalcoholitzats, els vins de nom divertit o l'aposta pels vins més singulars possibles són algunes de les noves tendències:
Las bodegas agudizan el ingenio
Se apuesta por nuevas fórmulas y por productos desalcoholizados o singulares ante la caída del consumo
RAMON FRANCÀS
Barcelona
El consumo de vino en los hogares no deja de
decrecer. La media nacional ya se sitúa en 9 litros por persona y año.
Durante el 2011, según el Observatorio Español del
Mercadeo del Vino, se registraron nuevas caídas: del 1,2% en valor y del 1,6%
en volumen. Ante este panorama las bodegas no dejan de agudizar el
ingenio apostando por imaginativas acciones de marketing o por nuevos
productos, como los emergentes sin alcohol. Los productos del Grupo Matarromera
Eminazero son un buen ejemplo. Tras su exitoso vino blanco afrutado sin alcohol
(Natureo), Torres ha empezado a testar su primer producto tinto sin alcohol en
mercados internacionales, aunque aún no en España. Su Natureo lo anuncian como
un producto “para todos los que quieran disfrutar de los places de la tierra
con todo su sabor y el mínimo alcohol”. Freixenet, con su marca Legero, en la
que destaca un moscatel con finas burbujas, se ha adentrado en el mercado
alemán con productos desalcoholizados. El secretario general de la Federación
Española del Vino (FEV), Pau Roca, confía especialmente en el crecimiento del
nicho de mercado de los vinos sin alcohol o los parcialmente desalcoholizados.
Afirma Roca que “en el mundo, más de un 50% de la población no sabe lo que es
el vino” y que “tenemos un riesgo de perder la legitimidad de producto si no
somos capaces de poder ofrecer vinos para esta población que, principalmente por
razones religiosas, no conocen este producto”. En cuando a los vinos ecológicos,
Pau Roca opina que “tienen un recorrido quizás mes limitado que los vinos de
empresas ecosostenibles”. En este sentido apunta que “el consumidor, o la sociedad
en general, favorecerán más el concepto de sostenibilidad, que expresa un
compromiso amplio con el medio ambiente de la marca o bodega, que no el
concepto de orgánico o ecológico”. En lo referente a los biodinámicas, el
secretario general de la FEV afirma que son “una historia bonita que puede
ilusionar y tener seguidores", pero señala que entran “en el ámbito de lo
misterioso”. Entiende que quizás algún día los vinos biodinámicos “podrán tener
explicaciones científicas”, aunque de momento, afirma, “se trata de practicas
de cultivo y enológicas de carácter empírico y yo diría que también fuertemente
sugestivas y próximas a la brujería”.
Puestos
a buscar productos de llamativas y polémicas etiquetas destacan vinos como el chardonngay de una bodega canadiense
(dirigido principalmente, claro está, a la comunidad gay) o los vinos de
nombres peculiares, como Gran Cerdo, Le Vin de Merde, Teta de Vaca, Cojón de
Gato, Fat bastard, Cap de Ruc, Bitch, Frog’s Piss, Tetas de la Sacristana, De
puta madre, Uvas de la Ira, Gallinas y Focas, K-Naia, Indomable, No Phone, L’Imperfecte,
Qué bonito cacareaba, Crápula, A pèl, El Hombre Bala, La Mujer Cañón…
Henri
Abelé (Grupo Freixenet) ha presentado una edición especial Titanic de su
champán Henri Abelé más vendido, el Brut Traditionnel. Este espumoso de Reims
se ofrece en tiendas especializadas (40 euros) y se sirve en los banquetes y
actos de la Fundación Titanic. Las primeras botellas del Brut Titanic se
descorcharon el pasado 14 de abril, la fecha en la que se conmemoró el
centenario del naufragio del ‘buque de los sueños’. Su edición es muy limitada,
solo 4.000 botellas. Por su parte, Torelló ha vuelto a confiar en un diseño de
Custo Dalmau para su último cava cuya etiqueta solo puede ser apreciada
plenamente con ayuda de unas gafas 3D y Vilarnau (González Byass) ha lanzado un
cava de gama alta con diseño de Antonio Miró y un anillo-beso con caramelo (unos
labios rojo pasión) de la pastelería barcelonesa Escribá. En Sumarroca también
han acompañado con caramelos sus tres últimos vinos tintos, una colección
bautizada como Temps de Fruits. Es el primer resultado de las investigaciones
vitivinícolas que han realizado en su parcela experimental donde han plantado
variedades de uva de todo el planeta. Con los caramelos han querido sugerir “un
juego divertido y simbólico”: cada caramelo intenta buscar similitudes con los
matices de cada vino, elaborados con variedades internacionales.
‘La
Odisea’ es el célebre poema épico griego atribuido a Homero que protagoniza
Odiseo. También dió nombre a unos tintos (Odysseus) del no menos épico proyecto
vitivinícola de Josep Puig y su hija Sílvia en las pedregosas tierras
prioratinas (Gratallops). De hecho, fue la pequeña isla griega de
Ithaca el punto de partida del proyecto y la verdadera inspiradora de su
aventura en el Priorat. Los Puig y Odiseo
tienen como mejor arma una astucia que les permite sortear el sinfín de
problemas a los que les someten los designios de los dioses helénicos. Una de
las ‘artimañas’ de los Puig fue un juego que definieron como “cultural”, un
didáctico ejercicio que perseguía el nada baladí objetivo de “hacer disfrutar
de verdad”. El juego se centraba en dos protagonistas, el Odys y el Seus. Ambos
son estructurados y frutales tintos del
2008 elaborados con la misma variedad, una syrah plantada en parcelas situadas
a sólo diez metros de distancia la una de la otra. Su principal diferencia
reside en la composición marcadamente singular de los suelos donde arraigan las
vides. El Odys, con algo menos de carácter pero cierta melosidad, nació de
suelos de panal. El Seus, más especiado y mineral, debió su carácter a la llicorella
(pizarra). Los dos vinos se presentaron en una caja que también contenía
panal y llicorella. El “humilde” juego enófilo que propusieron consistía
en escoger una buena copa de cristal y verter en ella un 75% de la botella Seus
(llicorella) y el 25% restante de Odys (panal). Era su sugerencia,
aunque “después de haber degustado nuestro consejo, hagáis vosotros mismos
vuestros propios cupajes con diferentes porcentajes de los dos vinos para que
encontréis vuestro propio placer”.
Por su parte,
la bodega Jean León (DO Penedès) ha realizado una nueva site experiencial (www.11250secretos.com) en la que se
pretenden recoger 11.250 secretos personales de internautas. Cada secreto se
convertirá en una gota de vino, que irá cayendo en el interior de una botella
exclusiva que contará con una etiqueta en la que se reproduce un cuadro del
artista Josep Puigmartí, titulado ‘Doble perfil’. La botella, de 75 cl., se
llenará completamente y contendrá, exactamente, 11.250 gotas. Entre los
participantes -los secretos se pueden colgar de la web anónimamente- se
sorteará esta botella tan especial y única. Solo se han elaborado dos botellas:
la que se sorteará y otra que se mostrará en el centro de visitas de Jean León
en Torrelavit. La directora general de Jean León, Mireia Torres, destaca su
gran complejidad aromática, la buena estructura y su potencial de
envejecimiento. No es la única bodega que
se ha apuntado a la creciente tendencia de mostrar lo más particular. En la Cooperativa
de Capçanes (DO Montsant) hace años que explican en su exitosa Nit de les
Garnatxes cómo la dúctil garnacha se comporta de manera muy diferente según la
composición del suelo. También en Terroir al Límit (Priorat) el alemán Dominik
A. Huber y el sudafricano Eben Sadie han mostrado las sutiles diferencias que
aporta una diferente encaración de un viñedo. Incluso en el mundo del cava se
han abierto experiencias, como la de Mont-Ferrant de Blanes, que reflejan cómo
se comporta cada variedad de uva individualizada.
Además de
apostar por la sostenibilidad, por los vinos ecológicos, por los biodimámicos y
por los naturales, también se están convirtiendo en clara tendencia los
productos elaborados con variedades autóctonas ancestrales que están siendo
recuperadas por bodegas como Abadal, Torres, Albet i Noya, Orto Vins o Sumarroca.
Expertos en
mostrar lo más singular son los cuatro socios de Orto Vins, una iniciativa
nacida en 2008 en la DO Montsant. Está formada por cuatro viticultores del
municipio del Masroig que han querido seguir el camino de sus padres, abuelos y
bisabuelos en el cultivo tradicional de la viña. Todos venían de una tradición
cooperativista de más de 70 años. Ahora han querido volver a sus orígenes en la
elaboración del vino para mostrar el potencial de sus viñas, “fruto del trabajo
hecho durante años por varias generaciones”. Buscando expresar lo más
particular, han creado cuatro vinos bautizados como Les Singularitats d’Orto,
donde cada uno de los viticultores ha querido mostrar “pequeñas partes de viñas
especiales”. Se trata de La Carrerada (una poco estructurada cariñena del 2010 de
Josep Mª Jové ), de Les Pujoles (un
tempranillo de Jordi Beltran que en la añada 2010 se muestra sutil pero con
ciertas astringencias y notas torrefactas), de El Palell (una garnacha peluda
de Josep Maria Beltran que en el 2010 se expresa dominada por francas notas de
plantas aromáticas y bajo bosque) y de Les Tallades de Cal Nicolau (un muy
interesante picapoll tinto prefiloxérico de Joan Asens con notas especiadas y
que destaca por su finura y elegancia en su añada del 2010).
No menos
singular es el impresionante dulce natural de moscatel de Alejandría Esencia Nº
4, un vino de Jorge Ordóñez alabado por Robert Parker al que hay que ir a
buscar referentes en la Málaga del siglo XVIII. Es fruto de unos viñedos
enamoradizos plantados hace entre 80 y 100 años que ofrecen unas uvas de las
que sólo se obtiene un rendimiento del 6% Su fermentación se prolonga por
espacio de más de dos años en barrica de roble francés. Los vinos tradicionales
de la DO Málaga (en general dulces y hechos a base de moscatel de Alejandría y
de Pedro Ximén) han ido dejando paso por cuestiones de mercado a otros de secos
que bajo la DO Sierras de Málaga van tomando protagonismo. En la Bodega y
Viñedos de la Capuchina, una finca de viña y olivos con vestigios romanos, el
último vino incorporado a la gama desde hace tres años es Capuchina Vieja, un
vino seco elaborado a partir de la tradicional variedad de la zona moscatel de
Alejandría. Su enólogo, Oriol Guevara, lo define como “muy fresco, explosivo en
nariz y de inmejorable maridaje con los pescaditos fritos de la gastronómica
costa malagueña”. Demuestra el acierto de una zona al reinventarse haciendo
vinos diferentes y actuales con las variedades de toda la vida.
En la Cooperativa de Rodonyà el enólogo Joan
Rovira ha elaborado cuatro vinos con una misma variedad autóctona, la sumoll. Ha
creado un espumoso siguiendo el método tradicional (Iomus Clas); un vino
espumoso elaborado con el método ancestral, o sea, con una sola fermentación
iniciada en el depósito y que finalizó en la botella (Iomus Ance); un vino
espumoso blanc de noirs (Iomus Blanc) y un espumoso de método tradicional con
azúcares para la segunda fermentación que se añadieron en forma de mosto del
mismo vino base conservado mediante congelación (Iomus Cryo). También 10 Sentits, un conjunto de conocidos
enólogos catalanes que prefieren mantenerse en el anonimato, presenta desde
hace tres vendimias vinos experimentales muy singulares. Su último proyecto es
Quin Sidral, una interesante montònega elaborada en colaboración con la Agrupació de
Viticultors de El Pla de Manlleu +500. La singularidad de este vino,
además de que es 100% montònega, reside en el sistema de elaboración que se ha
empleado: una maceración carbónica, técnica muy habitual en vinos tintos de
grandes zonas vitivinícolas mundiales, pero poco empleada para elaboración de
blancos.
Por su parte,
Pinord ha presentado seis vinos monovarietales (Diorama) de viñas ecológicas de
diversas DO que se acompañan de frascos con los aromas que los consumidores encontrarán
en los vinos. Se trata de la Colección
Diorama, que está formada por seis vinos monovarietales que presentan unos
aromas característicos, fáciles de percibir y de diferenciar. La colección
consta de tres estuches con dos vinos diferentes cada uno: syrah y merlot;
garnacha blanca y garnacha tinta y Blanc Chardonnay y Cabernet Rosado. Cada
estuche contiene, además, cuatro frascos de aromas, que corresponden a los
olores más característicos de los dos vinos que hay en cada estuche y una guía
de cata para ayudar al consumidor a familiarizarse y a distinguir las diferentes
variedades. Al final de la guía, se explica el juego de los aromas, donde
Diorama apuesta porqué el consumidor identifique, con el pequeño muestrario que
se incluye, cada tipología de uvas con su vino, sus aromas, los pueda catar y
degustar.
Pero puestos a rizar el rizo, dos amigas y
emprendedoras del Penedès (Maria Fusteró y Eva Ràfols) se han aventurado, con
una muy modesta inversión, a crear una microempresa que ha lanzado al mercado
con gran éxito un turrón de vino moscatel y unos pioneros panes de vino
elaborados con una fórmula bien simple: imaginación, entusiasmo, agua, sal,
levadura, harina y vino.
Excelente articulo Ramon, intentare contactar contigo para enseñarte algo, nos conocimos en Segura Viudas. Saludos
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