En una excel·lent informació a www.proensa.com signada per la gran companya madrilenya Raquel Pardo es recull la investigació que l'Institut Masters of Wine ha obert a Pancho Campo. La cosa sembla que no quedarà, doncs, en una simple polèmica.
Madrid, 16 de diciembre de 2011.- RP.- El Instituto Masters of Wine, encargado de examinar y otorgar la prestigiosísima distinción que le da nombre, ha emitido esta mañana un comunicado donde anuncia textualmente que ha abierto una investigación a Pancho Campo MW tras haber recibido una queja formal acerca del posible quebrantamiento de su código de conducta. Pancho Campo lleva en el candelero unas semanas desde que se levantaron las sospechas de que podría haber cobrado dinero a las bodegas, asociaciones y consejos reguladores del vino español para llevar de visita a Jay Miller, catador de vinos españoles para The Wine Advocate, la revista del famosísimo gurú vinícola Robert Parker. El MW hispano- chileno en todo momento ha negado estas acusaciones, que salpican también a la publicación de Baltimore, y aunque ha lanzado un comunicado explicando el procedimiento de estas visitas y catas a las bodegas, sigue en el punto de mira del mundo vinícola nacional e internacional. Especialmente del periodista Jim Budd, quien a través de su blog fue publicando varios documentos que comenzaron a despertar sospechas sobre la transparencia y honradez de los procedimientos de catas y visitas a bodegas por parte de Miller.
El comunicado afirma que el código de conducta del IMW dispone “los estándares profesionales y personales que se esperan de un Master of Wine”. Continúa resaltando que “el Instituto se toma muy en serio las supuestas rupturas” de estas normas y abre una investigación desde el momento en que se recibe una queja formal relativa a su quebrantamiento. Si se prueba que un MW se aparta de este código, el Instituto impone severas sanciones. En el mismo texto se afirma que no habrá más declaraciones por parte del organismo inglés hasta que la investigación haya concluido.
El código, esencial para mantener el prestigio del IMW
El código de conducta del IMW, que cada miembro se compromete mediante declaración y aceptación firmada, es una de las bases de su prestigio, y entre sus requerimientos está que cada Master of Wine ha de reconocer la importancia de mantener y realzar la reputación del vino y su mercado en general y la del Instituto en particular. Los miembros de la institución tienen prohibido, por ejemplo, declarar las virtudes de un vino si estas no existen o exagerar en sus bondades, en el caso de dedicarse a la venta. Aquellos que elaboran vino, tampoco pueden involucrarse en prácticas que puedan dañar la reputación del Instituto. Se trata de un conjunto de normas de comportamiento que involucran a la labor profesional del miembro y también aluden a su ética personal.
Quienes incumplan alguna de las reglas, pueden verse sancionados o, incluso, expulsados de la prestigiosa institución.
Parker también investiga
Si la semana pasada tanto el Instituto como el gurú estadounidense Robert Parker y el propio Jay Miller se habían mantenido en silencio respecto a Campo, esta semana ha sido una sucesión de pronunciamientos más o menos acertados y relativos al mayor escándalo en el vino español que se ha visto en 2011. A pesar de que Campo afirma en su ya desaparecido perfil personal de Facebook que ha recibido cartas de apoyo a las bodegas y de que bodegas como Pago de Larrainzar resaltan que, al menos en el caso de la visita del crítico estadounidense, todo el proceso ha sido “transparente”, en palabras de su directora, Irene Canalejo, tanto el Instituto como el mismo Robert Parker han preferido mantener la distancia hasta que el asunto se aclare.
Fue el mismo día 12 de diciembre cuando el abogado de Baltimore expresó en su sitio de Internet que su abogado estaba interrogando a Campo y que se le habían solicitado algunos contratos para traducir y examinar si su comportamiento era compatible con otras normas de conducta, las de The Wine Advocate, autoimpuestas por Parker y exigidas a cada catador que colabora con él (caso de Miller).
Parker afirma en su declaración que “clara e irrefutablemente Jay (Miller) no ha cobrado cantidad alguna por sus críticas o por visitar bodegas”, aunque, añade, “espero el informe final del abogado”. En el mismo párrafo el crítico dice que Miller sigue trabajando para la publicación hasta el primer día de enero de 2012 puesto que “creemos que no ha hecho nada que comprometa la independencia de nuestras críticas”. Respecto al anuncio de su cese, el pasado 5 de diciembre, Parker mantiene que estaba previsto desde hace meses para esa fecha y que “no teníamos motivos para posponerlo”.
Jay Miller, aunque sí ha saltado a las pantallas por responder a las críticas de un periodista español en el portal vinícola elmundovino, no ha aludido en ningún momento a sus viajes por las regiones españolas de la mano de Pancho Campo.
El comunicado afirma que el código de conducta del IMW dispone “los estándares profesionales y personales que se esperan de un Master of Wine”. Continúa resaltando que “el Instituto se toma muy en serio las supuestas rupturas” de estas normas y abre una investigación desde el momento en que se recibe una queja formal relativa a su quebrantamiento. Si se prueba que un MW se aparta de este código, el Instituto impone severas sanciones. En el mismo texto se afirma que no habrá más declaraciones por parte del organismo inglés hasta que la investigación haya concluido.
El código, esencial para mantener el prestigio del IMW
El código de conducta del IMW, que cada miembro se compromete mediante declaración y aceptación firmada, es una de las bases de su prestigio, y entre sus requerimientos está que cada Master of Wine ha de reconocer la importancia de mantener y realzar la reputación del vino y su mercado en general y la del Instituto en particular. Los miembros de la institución tienen prohibido, por ejemplo, declarar las virtudes de un vino si estas no existen o exagerar en sus bondades, en el caso de dedicarse a la venta. Aquellos que elaboran vino, tampoco pueden involucrarse en prácticas que puedan dañar la reputación del Instituto. Se trata de un conjunto de normas de comportamiento que involucran a la labor profesional del miembro y también aluden a su ética personal.
Quienes incumplan alguna de las reglas, pueden verse sancionados o, incluso, expulsados de la prestigiosa institución.
Parker también investiga
Si la semana pasada tanto el Instituto como el gurú estadounidense Robert Parker y el propio Jay Miller se habían mantenido en silencio respecto a Campo, esta semana ha sido una sucesión de pronunciamientos más o menos acertados y relativos al mayor escándalo en el vino español que se ha visto en 2011. A pesar de que Campo afirma en su ya desaparecido perfil personal de Facebook que ha recibido cartas de apoyo a las bodegas y de que bodegas como Pago de Larrainzar resaltan que, al menos en el caso de la visita del crítico estadounidense, todo el proceso ha sido “transparente”, en palabras de su directora, Irene Canalejo, tanto el Instituto como el mismo Robert Parker han preferido mantener la distancia hasta que el asunto se aclare.
Fue el mismo día 12 de diciembre cuando el abogado de Baltimore expresó en su sitio de Internet que su abogado estaba interrogando a Campo y que se le habían solicitado algunos contratos para traducir y examinar si su comportamiento era compatible con otras normas de conducta, las de The Wine Advocate, autoimpuestas por Parker y exigidas a cada catador que colabora con él (caso de Miller).
Parker afirma en su declaración que “clara e irrefutablemente Jay (Miller) no ha cobrado cantidad alguna por sus críticas o por visitar bodegas”, aunque, añade, “espero el informe final del abogado”. En el mismo párrafo el crítico dice que Miller sigue trabajando para la publicación hasta el primer día de enero de 2012 puesto que “creemos que no ha hecho nada que comprometa la independencia de nuestras críticas”. Respecto al anuncio de su cese, el pasado 5 de diciembre, Parker mantiene que estaba previsto desde hace meses para esa fecha y que “no teníamos motivos para posponerlo”.
Jay Miller, aunque sí ha saltado a las pantallas por responder a las críticas de un periodista español en el portal vinícola elmundovino, no ha aludido en ningún momento a sus viajes por las regiones españolas de la mano de Pancho Campo.
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