Aquest dimarts signo a La Vanguardia un reportatge força divertit. Fa referència als esforços que es fan per aconseguir una IGP per al gall negre del Penedès. Han pensat que alimentant-lo amb llavors de raïm del Penedès aconseguiran aquesta singularització. Què en penseu? La fotografia que acompanya aquest post és de Carles Castro.
Aves bien alimentadas
El Penedès busca singularizar su gallo negro alimentándolo con pepitas de uva
RAMON FRANCÀS
Vilafranca del Penedès
En el Penedès otro gallo canta. La comarca busca desde hace ya siete años singularizar su autóctono gallo negro con una Indicación Geográfica Protegida (IGP). Para sortear los requisitos que se exigen han recurrido a la alimentación con pepitas de uvas del Penedès de esta raza autóctona de cuya recuperación se acaba de celebrar su 25 aniversario. Se asegura, buscando en la tradición oral, que antiguamente los payeses del Penedès ya habían alimentado sus aves de corral con hollejos de uvas. Ahora han substituido parte del maíz de su pienso por semillas de uvas del Penedès, y han mantenido las proporciones habituales de soja. En total, las semillas de uvas han supuesto el 5% de la alimentación del gallo más vitícola de Europa y quizás del mundo. El estudio científico dirigido por el genetista avícola del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) de la Generalitat Amadeu Francesch, que ha contado con el apoyo del Departament d’Agricultura y del Consell Comarcal de l’Alt Penedès, certifican por primera vez resultados positivos.
Hasta ahora, según la bibliografía existente consultada, no se habían obtenido resultados satisfactorios. Aunque ya dice el refrán que el que es buen gallo en cualquier gallinero canta, lo cierto es que su alimentación parece ser decisiva a la hora de singularizarlo cualitativamente. Son pollos como los de antes, de pura proteína, que campan a sus anchas por los gallineros alimentándose de pienso natural y de algún que otro gusano despistado. Pero las semillas de uvas les aportan, además, riqueza de taninos y grasas del tipo insaturadas (omega 6 y omega 3), las más saludables. El panel de cata ha permitido diferenciar también los gallos alimentados con pepitas de uvas por su olor, sabor, fibrosidad o textura de la carne. Ofrecen notas de frutos secos y frutas dulces secas, así como gustos metálicos, dulces e, incluso, los que recuerdan a las cortezas de cerdo. Es especialmente tierno si su crianza concluye entre las 14 y las 16 semanas. Amadeu Francesch, que dirige el Subprograma de Genética Avícola del IRTA, confía que en el plazo de unos seis meses el Departament d’Agricultura autorice la IGP para el gallo negro del Penedès. Posteriormente la IGP deberá ser ratificada por el Ministerio de Agricultura y por la Unión Europa. Actualmente solo una raza avícola española, el pollo de pata azul del Prat, cuenta con una IGP. Amadeu Francesch recuerda que cuando se otorgó la IGP al pollo del Prat los criterios para su aprobación no eran “tan exigentes” como los actuales. Este genetista ya trabajó en la recuperación de la raza de gallo negro del Penedès en colaboración con Antoni Jordà, que recorrió las masías del Penedès en los años 80 buscando los últimos ejemplares que quedaban de una raza que prácticamente se había extinguido. La mejora genética ha permitido recuperar esta especie de brillante plumaje negro. En el IRTA se uniformizó y amplió la población. De la cría se ocupa actualmente la empresa Aviraut.
Por su parte, el alcalde de Vilafranca del Pènedès, Pere Regull, destaca “el mérito y el acierto” de haber recuperado la raza de gallinas del Penedès. Para Regull, “después de una época en que estaba de moda el diseño y las cosas artificiales, ahora la gente pide lo que es auténtico”.
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