En el número d'aquest mes de febrer de la revista Vinos y Restaurantes abordo una polèmica qüestió que ja fa molt que s'arrossega i sobre la qual no s'acaben d'adoptar mesures per evitar-ho. El cava ha de virar urgentment el seu rumb. Què en penseu?
Cavar la propia tumba
RAMON FRANCÀS
A pocos días de las fiestas navideñas una filtración permitió conocer la lacerante opinión, en base a precios de cavas en supermercados de Bélgica, del distribuidor belga Guy Heyvaert. En una epístola, Heyvaert daba cuenta de unos vergonzosos precios consecuencia de lo que califica como “guerra entre supermercados”. Afirmaba que “si deduces el IVA (21%), el transporte y los impuestos para los vinos espumosos, estamos hablando de precios ex-bodega de menos de 1,00 € por botella! No puede ser que dentro de esas botellas haya un producto que sea una buena referencia para el cava”. Guy Heyvaert añadía: “Sé que ahora el mercado belga es muy bueno para la venta de cava pero la historia ya nos ha enseñado que los supermercados romperán el mercado y dentro de algunos años el cava no será nada mas que, por ejemplo, un beaujolais nouveau. Antes tenía mucho prestigio pero fruto de la guerra de precios entre los supermercados no hay nadie más aquí que quiera beberlo. Y al final, qué significan afirmaciones como que las bodegas han vendido 21.000.000 botellas de cava este año en Bélgica si la mitad de productos espumosos que existen no merecen el nombre de cava”. Las afirmaciones de este distribuidor son preocupantes, y más proviniendo de un país de connaisseurs acostumbrados a pagar los precios del champán.
El presidente del Consejo Regulador del Cava, Gustau García Guillamet, reconoce que el sector del cava está ajustando mucho los precios, lo cual “tiene efecto en toda la cadena, desde los viticultores a las cavas”. La deriva a la baja en el precio del cava preocupa en el seno del Consejo Regulador. Una vez cerrados los datos de ventas del 2011, Garcia Guillamet quiere convocar al sector para analizar “dónde estamos y hacia dónde vamos”. En el 2010, el precio medio de la botella de cava en el mercado interior se situó en 4,6 euros, y en la exportación a 3'9. En abril del 2011 el presidente de la patronal Institut del Cava, Joan Amat, afirmaba que “ahora ha llegado el momento de decidir todos juntos hacia dónde queremos ir y eso pasa, necesariamente, por la definición de una estrategia de sector”. También reclamó una estrategia de futuro en al que participen todos los agentes del sector. En este sentido, Amat señalaba que “una estrategia de futuro necesita un sector concienciado, que crea en sí mismo, en su potencial, que sea capaz, con motivación y empuje, de trabajar en el diseño de una estrategia propia y llevarla a cabo. Solo si nos lo creemos, lo conseguiremos”.
Joan Santó, el representante del sector de la viña y el vino del principal sindicato agrario catalán, Unió de Pagesos (UP), asegura que durante el 2011 se continuó pagando “precios ruinosos” por el kilo de uva. Recuerda que el principal comprador de uva, Freixenet, solo ha subido el precio “medio céntimo” mientras los costes de producción han continuado creciendo muy por encima. También lamenta que en la mesa de blancos el representante de Freixenet, Adolfo Heredia, “desbarró” acusando a los viticultores de ser los culpables de la situación del sector, lo cual provocó que Santó abandonara airado la reunión para fijar los precios. El responsable de UP ve en el 2012 “un año más de agonía”, y apunta que “ya veremos cuántos viticultores pueden resistir”. Una cavista de una firma que se ha decidido a exportar prácticamente toda su producción me contaba hace unos días que el sector está cayendo continuamente en los mismos errores. Añadía que “todo el mundo va por libre, a saco, y estamos hundiendo al sector”. Considera que las instituciones del sector y la Administración no hacen nada para cambiar las cosas y no ve solución posible mientras ve a los viticultores ahogados, a las cooperativas “bajándose los pantalones” con el precio del vino y al cava cada día más barato. Otra amiga cavista me explicaba con frustración que durante meses se dedicó a “intentar vender” en los mercados exteriores pero siempre se encontró con un no por respuesta ya que sus cavas no se ofrecen a un precio de entre 1 euro y un máximo de 3. Lo cierto es que si el cava no vira su rumbo con celeridad podría perder aún mayores cotas de prestigio y estar cavando su propia tumba.
El presidente del Consejo Regulador del Cava, Gustau García Guillamet, reconoce que el sector del cava está ajustando mucho los precios, lo cual “tiene efecto en toda la cadena, desde los viticultores a las cavas”. La deriva a la baja en el precio del cava preocupa en el seno del Consejo Regulador. Una vez cerrados los datos de ventas del 2011, Garcia Guillamet quiere convocar al sector para analizar “dónde estamos y hacia dónde vamos”. En el 2010, el precio medio de la botella de cava en el mercado interior se situó en 4,6 euros, y en la exportación a 3'9. En abril del 2011 el presidente de la patronal Institut del Cava, Joan Amat, afirmaba que “ahora ha llegado el momento de decidir todos juntos hacia dónde queremos ir y eso pasa, necesariamente, por la definición de una estrategia de sector”. También reclamó una estrategia de futuro en al que participen todos los agentes del sector. En este sentido, Amat señalaba que “una estrategia de futuro necesita un sector concienciado, que crea en sí mismo, en su potencial, que sea capaz, con motivación y empuje, de trabajar en el diseño de una estrategia propia y llevarla a cabo. Solo si nos lo creemos, lo conseguiremos”.
Joan Santó, el representante del sector de la viña y el vino del principal sindicato agrario catalán, Unió de Pagesos (UP), asegura que durante el 2011 se continuó pagando “precios ruinosos” por el kilo de uva. Recuerda que el principal comprador de uva, Freixenet, solo ha subido el precio “medio céntimo” mientras los costes de producción han continuado creciendo muy por encima. También lamenta que en la mesa de blancos el representante de Freixenet, Adolfo Heredia, “desbarró” acusando a los viticultores de ser los culpables de la situación del sector, lo cual provocó que Santó abandonara airado la reunión para fijar los precios. El responsable de UP ve en el 2012 “un año más de agonía”, y apunta que “ya veremos cuántos viticultores pueden resistir”. Una cavista de una firma que se ha decidido a exportar prácticamente toda su producción me contaba hace unos días que el sector está cayendo continuamente en los mismos errores. Añadía que “todo el mundo va por libre, a saco, y estamos hundiendo al sector”. Considera que las instituciones del sector y la Administración no hacen nada para cambiar las cosas y no ve solución posible mientras ve a los viticultores ahogados, a las cooperativas “bajándose los pantalones” con el precio del vino y al cava cada día más barato. Otra amiga cavista me explicaba con frustración que durante meses se dedicó a “intentar vender” en los mercados exteriores pero siempre se encontró con un no por respuesta ya que sus cavas no se ofrecen a un precio de entre 1 euro y un máximo de 3. Lo cierto es que si el cava no vira su rumbo con celeridad podría perder aún mayores cotas de prestigio y estar cavando su propia tumba.
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