Fa uns dies us parlava del delirant cas en què es va trobar la meva companya i amiga Raquel Pardo respecte un post anònim que resulta que no havia estat escrit per l'autora del bloc que el va publicar. L'autora real d'un text per llogar-hi cadires era la gerent d'un celler de Toro. A continuació us adjunto el post que ha fet la meva amiga Raquel sobre la qüestió. Segur que us agrada:
Queridos amigos líquidos. Creo que ayer me granjeé la antipatía de un miembro (miembra, siendo políticamente absurdos) del sector bodeguero y provoqué que uno de mis comentarios fuera censurado en un blog de moda con sección de vino. No puede llover a gusto de todos, pero voy a contar por qué a ver qué os parece, porque me da a mí que la miembra en cuestión, al menos ahora (le queda bastante tramo de aprendizaje, intuyo) es uno de esos “enemigos líquidos” de los que hablaba el otro día. Mi amigo Ramon Francàs ya se hizo ayer eco en su blog en cuanto le pedí opinión al respecto.
El post en cuestión, que ayer a las once y media de la noche estaba clasificado en el blog como “sin categoría” y que tampoco tenía más firma que la de la propietaria y autora del blog, una “personal shopper” dedicada al mundo de la moda (hoy casualmente sí tiene categoría y firma) habla, en una serie de seudo consejos para “hacerse pasar” por un “experto” en vinos (sin serlo) de que el “aspirante” a fardador vinícola tiene que pedir “vinos de pago”, o “comprar on line” “a cualquier bodega” (lo que estoy escribiendo es literal, literal…) para quedar estupendamente ante sus amigos, ignorantes en esto del vino. La puntilla la pone cuando habla de que en algún momento de la velada, el incauto seudo enófilo ha de soltar: “Tengo ganas de ir a Vinexpo” (¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!) para poder visitar “Chateau Margaux, Pétrus… y con suerte probar algunos de sus vinos que rondan los 3.000 euros”. Así, literalmente, con las tildes como las veis aquí, es lo que pone. Pero os animo a leerlo en su propio blog porque hay más perlas y yo tengo más cosas que contar. Espero que no os desesperéis con las faltas de ortografía, eso sí.
Mi comentario censurado
Yo, que soy una incauta y tengo la boca muy grande, me dije (con buena intención, eso sí, tengo muy asumido que soy una defensora del vino y casi me vi en la obligación de no dejar impune, de no pasar indiferente por esta lamentable entrada), voy a comentar. Y me registré, di mi correo y comenté esto:
“Hola Ángela
Por casualidad he visitado tu blog (soy fan de los zapatos) y me he detenido en este post porque llevo unos cuantos años dedicándome al mundo del vino. Desde mi blog trato de que la gente corriente que no sabe de vinos no se asuste, que pierda prejuicios y que se atreva a probar vinos nuevos porque creo que esa es la clave para ser un verdadero entendido. Por eso me ha sorprendido esta entrada, con la que estoy en desacuerdo en su mayor parte (no con la frase final ni con la idea de que el vino se disfruta mejor en compañía).
Sinceramente, no veo la necesidad de hacerse pasar por un experto en vinos si uno no lo es. El vino, siendo cultura, es algo que no todo el mundo quiere ni puede entender sin esfuerzo. Es un universo apasionante y complejo si uno quiere profundizar, pero es también un placer cuando uno se limita a beberlo en una buena copa y a buena temperatura. Me parece que tu propuesta peca de imprudente, y para comprobarlo sencillamente cambia el tema que nos ocupa, y en lugar de vino, pongamos que yo hago un post parecido sobre moda, recomendando a la gente hablar de NYC o de Tribecca y diciendo, sin entender por qué, que “las fibras naturales son la única opción sostenible” “el nylon apesta”, o recordando mi viaje a la Semana de la Moda de París. ¿No te parece excesivo?
Pues igual ocurre con el vino. Uno puede quedar perfecto en una cena llevando un vino que le ha recomendado un sumiller en una vinoteca o consultando páginas en Internet o guías sobre vinos que escribe gente entendida, no hace falta hablar por hablar.
En fin, te invito, si quieres, a visitar mi blog, o no, pero también te propongo reformular esta entrada con algo más de prudencia. Gracias por escucharme.”
Lejos de aprobar inmediatamente mi comentario, aunque no le gustara ni a la dueña ni a la autora del blog (recordemos que ayer no estaba especificado que fueran dos personas distintas), lo que recibí, por email, fue un par de contestaciones exageradas, a mi entender:
La tal Ángela, más educada y prudente que su amiga, me contestó que “antes que nada deberias de enterarte de quien ha escrito ese post pues no he sido yo. Sino una sección que he tenido con una amiga que es gerente de una bodega en Valladolid y que escribia una vez por semana sobre temas relacionados con el vino.
Asi que todo lo que dices me parece bien pero antes de criticar por favor, informate, yo solo me dedico a la moda. Del vino nunca he hablado ni tengo intención.” (de nuevo no he tocado ni un punto ni una tilde).
Y os digo que ayer no estaba indicado, hoy sí, que fuera otra persona la autora del post.
Lo mejor: la contestación de la autora del post
Tras este mensaje, contesté comentando lo que indico, que es imposible averiguar quién es la autora del post a menos que lo firme (con un lenguaje muy fino e irónico, todo sea dicho, porque yo soy irónica, a veces satírica) y que debería aprobar mi comentario y contestarme desde ahí (es mucho más elegante y además es una norma básica de internautas, si el comentario no insulta no hay que censurarlo, pero… qué sabré yo).
Pero llegó la guinda del pastel: el email de la AUTORA del post. Y que no hizo sino empeorar la lamentable imagen que yo ya me había hecho de la entrada y de la forma de gestionar mi comentario, claro. Atención: la pluma pertenecía a una GERENTE DE BODEGA, concretamente de una bodega de Toro. Grave, me dije, grave cuando es un miembro del sector el que se atreve a atacar así al mundo del vino (afortunadamente creo que es un caso bastante excepcional). Pero ni corta ni perezosa la muchacha (creo que es jovencita e hija del propietario de la bodega) contestó así (de nuevo, literal, con sus faltas de ortografía y gramática):
“Te escribo porque tu comentario en el blog de mi amiga Angela, 365 dias 365 pares de zapatos, me parece que ha sido muy desafortunado… Para empezar la que ha pecado de imprudente eres tu.
Ese post le escribi yo, gerente de la tercera bodega mas grande de la Denominacion de Toro y gran amante de la moda. En ese blog no solo hay un articulo sobre vino si no que hay uno cada semana durante el tiempo que escribi ahí mi seccion Trendy Wine, nombre que finalmente puse a mi propio blog, donde fusiono el mundo del vino y de la moda. Y si, hablo de las dos cosas y creo saber de las dos cosas bastante, una por trabajo y otra por hobby.
Que no estes de acuerdo con mi articulo, que es simplemente un articulo con un toque gracioso e ironico, no te da derecho a decirle a una persona, suponiendo que esa persona no entiende, que se pasa de lista (que es lo que has venido a decir) ya que aunque ella tenga un blog de moda, tu que sabes si es una chica con una cultura sobre vino mayor que la tuya??? Te sabes su vida??? Noooooooo! Pero vamos en este caso la autora soy yo, que si tengo bastante idea de lo que hablo.
Respeto mucho lo que haces, pero cada una tiene una forma de intentar acercar el vino a la sociedad mas joven, esta es la mia y me encanta!!!
Como consejo personal, antes de emitir un comentario como el que has hecho a mi amiga, investiga si no estas metiendo la pata.
Te invito a pasarte por mi blog y disfrutar de dos cosas estupendas!!!”
¿HE LEÍDO “GRACIOSO” E “IRÓNICO”? ¿QUÉ CONCEPTO TIENE ESTA MUJER DE LA GRACIA Y LA IRONÍA??? (Por no hablar de una de nuestras carencias más deplorables, la de la humildad, esa gran desconocida).
Encima apostilla, con toda su fuerza en el teclado (esto es para dramatizar un poco porque imagino que os estáis partiendo de risa si llegáis hasta aquí): “deja de hacer comentarios absurdos. Que no sabes ni lo que estas poniendo. Me parece que la unica que se ha bebido aqui una copa de vino, o mas de una, eres tu.”
En fin, en esto último, tenía razón, ese día, ayer, durante la comida, había estado disfrutando, con uno de mis sumilleres favoritos (en las antípodas de esta gerente y seguramente igual de joven, o más), de una copa de champagne, otra de un vino francés de syrah y de un estupendo tinto de Rías Baixas (¿tintos en Rías Baixas? Sí, también los hay, que el vino no para de dar lecciones). Y las disfruté en compañía, que en eso sí estoy de acuerdo con mi enemiga líquida.
Me gustaría que comentarais, si os quedan ganas, qué os parece esta surrealista situación. A mí me animó la noche, que estaba yo muy tranquilita.
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