En el darrer número de Vinos y Restaurantes, el número 100, abordo les diverses sensibilitats i corrents de La Rioja. No hi ha només una Rioja vitivinícola. Quina és la vostra opinió?
Las riojas
RAMON FRANCÀS
La Rioja vive, como muchas otras regiones vitivinícolas, importantes tensiones por la crisis y por los excedentes. También vive dualidades que se visualizan de forma notable, como una pancarta colgada en Haro donde se afirma que la ciudad es 'la capital del Rioja' (bien sabido es que la capital administrativa de la Rioja es Logroño). La reivindicación de Haro también se ha materializado en páginas oficiales como la web municipal de Haro (http://www.haro.org/industria_rioja.htm). Para afrontar la delicada situación actual la Rioja ha reaccionado de forma inteligente. Las normas de campaña aprobadas por el Pleno del Consejo Regulador de la DOCa Rioja fijaron el rendimiento del viñedo para la pasada vendimia en un máximo autorizado de 5.850 kilos por hectárea en uva tinta (un 10% menos que en la pasada campaña), mientras que para uva blanca el rendimiento máximo se mantuvo en 9.000 kilos por hectárea. Igualmente, el máximo de vino amparado en la transformación uva-vino se situó en 69 litros por cada 100 kilogramos de uva para las variedades tintas, y 70 litros para las variedades blancas. Estas medidas de contención en los rendimientos de producción y transformación, según el Consejo Regulador, “redundarán en la mejora de la calidad de los vinos elaborados, que ha venido siendo un objetivo prioritario de la estrategia de Rioja para seguir marcando las diferencias cualitativas con la competencia, algo que le ha permitido alcanzar el liderazgo en cuanto a la preferencia de los consumidores, tanto en el mercado español como internacional”. Además, se añade que “las medidas contribuirán a mantener el marco de equilibrio que se ha convertido durante los últimos años en pilar clave para un desarrollo estable y sostenido de la DO Calificada Rioja”.
La Rioja, que está sabiendo sacar partido de su oferta enoturística pese a su relativa lejanía de las grandes capitales españolas, está viviendo una revolución de puesta al día y modernidad, tanto en las bodegas como en los vinos. Sin embargo, la polémica por los bajos precios que se pagan a los productores por la uva, que hace ya muchos años que se arrastra en muchas denominaciones de origen españolas, como las del Cava y Penedès, también afecta ya plenamente a la Rioja. En cooperativas del Penedès se ha pagado esta última vendimia a precios situados claramente por debajo de coste (20 céntimos por kilo) mientras en la Rioja la caída de precios ha llegado hasta los 35 céntimos por kilo. Incluso el prestigioso bodeguero riojano Marcos Eguren ha manifestado (en una entrevista publicada por HYPERLINK "http://www.vinoturismorioja.com" www.vinoturismorioja.com) que el “desplome” de precios que se está produciendo en la DOCa Rioja “daña la imagen, el prestigio y todo”.
Grandes grupos están distorsionando el mercado elaborando tintos de ajustadísimo valor y de discutible calidad. Otros grupos, como Torres, han entrado en la DOCa Rioja (Soto de Torres) conscientes de que no podían defender un portafolio en los principales mercados internacionales sin ninguna referencia de la principal denominación de origen española. Torres ha levantado en la Rioja Alavesa (Labastida) una bodega muy funcional, de discutida estética (hay quien se refiere a ella como La roca), pero no ha apostado por invertir en viñedos propios. Pese a ello, en poco tiempo se han situado en una producción que ya supera el millón de botellas con su Ibéricos. Desde Torres se afirma que “la nueva bodega ha sido diseñada para funcionar en completa armonía con el medio ambiente”.
Con vinos en el mercado desde 1973, y adquirida en 1982 por el grupo jerezano González Byass a una sociedad gastronómica vasca, Beronia es un proyecto plenamente consolidado, con una producción de 4,8 millones de botellas y un total de 12 referencias. Es, según la consultora Nielsen, la séptima bodega en volumen de venta de la Rioja, de entre unas 650 bodegas censadas. Es una bodega funcional que no se ha abierto decididamente, por el momento, al enoturismo. Posee 20 hectáreas de viñedos propios, con vides de hasta 68 años, y seleccionan uvas de más de 200 proveedores que están a cargo de 850 hectáreas de viñedos situados a un máximo de diez kilómetros de su bodega, situada en la carretera de Ollauri a Nájera. Sus 28.500 barricas reposan envueltas en cantos gregorianos. Con la música se quiere representar “la paciencia y la relajación”. Sus responsables técnicos y enológicos, encabezados por Matías Calleja, están apostando por unos productos que, sin perder la tipicidad, se han puesto al día buscando al máximo la expresión frutal. También se han adentrado con éxito en los monovarietales, especialmente con las variedades mazuelo y graciano. Beronia, cuyo nombre rinde homenaje a los berones, los pobladores de la Rioja en el siglo III antes de Cristo, es un clásico puesto al día. En esta nueva revolución riojana también hay modelos que ya son clásicos pero que parten de la modernidad, como Roda.
También es el caso de Marqués de Vargas, cuya primera añada salió al mercado en 1995 (cosecha 1991). Desde esta bodega recuerdan que vienen de lejos: “Decir Marqués de Vargas en el mundo del vino es nombrar la saga de cuatro generaciones consagradas a la elaboración y comercialización de excelentes vinos riojanos ya que el Marquesado de Vargas lo ostenta una familia estrechamente vinculada a esta importante región vitivinícola española. Fue en 1840 cuando Felipe de la Mata, octavo Marqués de Vargas, realiza las primeras plantaciones de viña en las cercanías de Logroño”. Su producción es limitada, una media de 325.000 botellas anuales. El consejero delegado del grupo, José Bezares, asegura que “queremos ser pequeños”. Siguen el modelo de autoabastecimiento al 100% de los châteaux franceses. Posee 70 hectáreas de viñedos propios. La Bodega Marqués de Vargas se construyó en 1989 en la señorial propiedad Hacienda Pradolagar, en Logroño, y fue el primer proyecto del Grupo Vinícola Marqués de Vargas. Se han abierto al enoturismo, pero sólo se puede visitar la bodega con reserva previa. Eso sí, como Beronia, ofrecen venta directa. Bezares afirma que “nuestra mejor comunicación es mostrar lo que tenemos”. Marqués de Vargas es el resultado de “un sueño” hecho realidad por su actual propietario, Pelayo de la Mata, y al que se le unió el empresario catalán Manel Giró y José Bezares. Perseguir la calidad y, por encima de todo, “ser honestos” son sus principales credenciales. Hacen vinos (sólo reservas y grandes reservas) que expresan su tierra pero con inspiración bordelesa. Es la expresión de un rioja puesto al día y continúan siendo vanguardia. Exportan un 45% de su producción a más de 60 países y no quieren renunciar a sus principios fundacionales pese a la crisis. José Bezares no tiene dudas de que la calidad es un concepto “integral”.
Las riojas
RAMON FRANCÀS
La Rioja vive, como muchas otras regiones vitivinícolas, importantes tensiones por la crisis y por los excedentes. También vive dualidades que se visualizan de forma notable, como una pancarta colgada en Haro donde se afirma que la ciudad es 'la capital del Rioja' (bien sabido es que la capital administrativa de la Rioja es Logroño). La reivindicación de Haro también se ha materializado en páginas oficiales como la web municipal de Haro (http://www.haro.org/industria_rioja.htm). Para afrontar la delicada situación actual la Rioja ha reaccionado de forma inteligente. Las normas de campaña aprobadas por el Pleno del Consejo Regulador de la DOCa Rioja fijaron el rendimiento del viñedo para la pasada vendimia en un máximo autorizado de 5.850 kilos por hectárea en uva tinta (un 10% menos que en la pasada campaña), mientras que para uva blanca el rendimiento máximo se mantuvo en 9.000 kilos por hectárea. Igualmente, el máximo de vino amparado en la transformación uva-vino se situó en 69 litros por cada 100 kilogramos de uva para las variedades tintas, y 70 litros para las variedades blancas. Estas medidas de contención en los rendimientos de producción y transformación, según el Consejo Regulador, “redundarán en la mejora de la calidad de los vinos elaborados, que ha venido siendo un objetivo prioritario de la estrategia de Rioja para seguir marcando las diferencias cualitativas con la competencia, algo que le ha permitido alcanzar el liderazgo en cuanto a la preferencia de los consumidores, tanto en el mercado español como internacional”. Además, se añade que “las medidas contribuirán a mantener el marco de equilibrio que se ha convertido durante los últimos años en pilar clave para un desarrollo estable y sostenido de la DO Calificada Rioja”.
La Rioja, que está sabiendo sacar partido de su oferta enoturística pese a su relativa lejanía de las grandes capitales españolas, está viviendo una revolución de puesta al día y modernidad, tanto en las bodegas como en los vinos. Sin embargo, la polémica por los bajos precios que se pagan a los productores por la uva, que hace ya muchos años que se arrastra en muchas denominaciones de origen españolas, como las del Cava y Penedès, también afecta ya plenamente a la Rioja. En cooperativas del Penedès se ha pagado esta última vendimia a precios situados claramente por debajo de coste (20 céntimos por kilo) mientras en la Rioja la caída de precios ha llegado hasta los 35 céntimos por kilo. Incluso el prestigioso bodeguero riojano Marcos Eguren ha manifestado (en una entrevista publicada por HYPERLINK "http://www.vinoturismorioja.com" www.vinoturismorioja.com) que el “desplome” de precios que se está produciendo en la DOCa Rioja “daña la imagen, el prestigio y todo”.
Grandes grupos están distorsionando el mercado elaborando tintos de ajustadísimo valor y de discutible calidad. Otros grupos, como Torres, han entrado en la DOCa Rioja (Soto de Torres) conscientes de que no podían defender un portafolio en los principales mercados internacionales sin ninguna referencia de la principal denominación de origen española. Torres ha levantado en la Rioja Alavesa (Labastida) una bodega muy funcional, de discutida estética (hay quien se refiere a ella como La roca), pero no ha apostado por invertir en viñedos propios. Pese a ello, en poco tiempo se han situado en una producción que ya supera el millón de botellas con su Ibéricos. Desde Torres se afirma que “la nueva bodega ha sido diseñada para funcionar en completa armonía con el medio ambiente”.
Con vinos en el mercado desde 1973, y adquirida en 1982 por el grupo jerezano González Byass a una sociedad gastronómica vasca, Beronia es un proyecto plenamente consolidado, con una producción de 4,8 millones de botellas y un total de 12 referencias. Es, según la consultora Nielsen, la séptima bodega en volumen de venta de la Rioja, de entre unas 650 bodegas censadas. Es una bodega funcional que no se ha abierto decididamente, por el momento, al enoturismo. Posee 20 hectáreas de viñedos propios, con vides de hasta 68 años, y seleccionan uvas de más de 200 proveedores que están a cargo de 850 hectáreas de viñedos situados a un máximo de diez kilómetros de su bodega, situada en la carretera de Ollauri a Nájera. Sus 28.500 barricas reposan envueltas en cantos gregorianos. Con la música se quiere representar “la paciencia y la relajación”. Sus responsables técnicos y enológicos, encabezados por Matías Calleja, están apostando por unos productos que, sin perder la tipicidad, se han puesto al día buscando al máximo la expresión frutal. También se han adentrado con éxito en los monovarietales, especialmente con las variedades mazuelo y graciano. Beronia, cuyo nombre rinde homenaje a los berones, los pobladores de la Rioja en el siglo III antes de Cristo, es un clásico puesto al día. En esta nueva revolución riojana también hay modelos que ya son clásicos pero que parten de la modernidad, como Roda.
También es el caso de Marqués de Vargas, cuya primera añada salió al mercado en 1995 (cosecha 1991). Desde esta bodega recuerdan que vienen de lejos: “Decir Marqués de Vargas en el mundo del vino es nombrar la saga de cuatro generaciones consagradas a la elaboración y comercialización de excelentes vinos riojanos ya que el Marquesado de Vargas lo ostenta una familia estrechamente vinculada a esta importante región vitivinícola española. Fue en 1840 cuando Felipe de la Mata, octavo Marqués de Vargas, realiza las primeras plantaciones de viña en las cercanías de Logroño”. Su producción es limitada, una media de 325.000 botellas anuales. El consejero delegado del grupo, José Bezares, asegura que “queremos ser pequeños”. Siguen el modelo de autoabastecimiento al 100% de los châteaux franceses. Posee 70 hectáreas de viñedos propios. La Bodega Marqués de Vargas se construyó en 1989 en la señorial propiedad Hacienda Pradolagar, en Logroño, y fue el primer proyecto del Grupo Vinícola Marqués de Vargas. Se han abierto al enoturismo, pero sólo se puede visitar la bodega con reserva previa. Eso sí, como Beronia, ofrecen venta directa. Bezares afirma que “nuestra mejor comunicación es mostrar lo que tenemos”. Marqués de Vargas es el resultado de “un sueño” hecho realidad por su actual propietario, Pelayo de la Mata, y al que se le unió el empresario catalán Manel Giró y José Bezares. Perseguir la calidad y, por encima de todo, “ser honestos” son sus principales credenciales. Hacen vinos (sólo reservas y grandes reservas) que expresan su tierra pero con inspiración bordelesa. Es la expresión de un rioja puesto al día y continúan siendo vanguardia. Exportan un 45% de su producción a más de 60 países y no quieren renunciar a sus principios fundacionales pese a la crisis. José Bezares no tiene dudas de que la calidad es un concepto “integral”.
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