dijous, 26 d’agost del 2010

Espectatives d'una gran verema, tot i la polèmica pels preus


La verema ja és aquí. Enguany s'espera una gran collita: la maduració lenta fa pensar en una gran anyada. Continua, però, la polèmica pels preus que es paguen pel raïm. Aquest dijous a La Vanguardia publico un ampli reportatge:


Buena vendimia, aunque retrasada


Los bajos precios que se pagan por la uva alarman a los viticultores mientras la Generalitat aboga por la estabilidad del sector


RAMON FRANCÀS
Vilafranca del Penedès

Pendientes de la climatología están estos días los viticultores catalanes. Viven temerosos de que la llegada de las lluvias pueda condicionar la calidad de una vendimia que, por el momento, se presenta muy sana, aunque con un sensible retraso respecto al año pasado. Muchos viticultores recuerdan que este año la vendimia llega cuando toca y recuerdan que los adelantos de los últimos años, atribuidos en parte al cambio climático, no eran normales. La producción se espera algo más generosa, en cuanto a kilos, que la del 2009. Sin embargo, las lluvias podrían traer perniciosos focos de podredumbre en uvas como la blanca macabeo, una de las tres variedades tradicionales del cava, que este año se presenta con una producción notablemente más elevada que en la última vendimia, con racimos más compactos y grandes. La también variedad blanca xarel·lo llega algo más corta de producción a causa del corrimiento de la flor provocada por las lluvias y el viento de la primavera, que no ha permitido cuajar de forma óptima las bayas. También ha habido algún problema puntual con la proliferación de hongos como el mildiu o el oídio, el granizo ha causado algún daño en la zona de El Lloar (Priorat) y la tramontana se ha cobrado destrozos en los viñedos del norte del Empordà, entre Espolla y Cap de Creus. Sea como fuere, las temperaturas moderadas de agosto han provocado una maduración lenta y gradual que hace pensar en una añada excelente.
Las temperaturas más suaves de esta campaña han retrasado la maduración de las uvas con respecto a las últimas vendimias. En el Baix Penedès la vendimia de la tempranera variedad blanca chardonnay que se destina a los vinos tranquilos se ha retrasado este año entorno a los 10 días. En Avgvstvs de Sant Vicenç de Calders (El Vendrell) iniciaron la vendimia de la variedad chardonnay el 25 de agosto. También las variedades blancas del cava llevan un retraso de maduración de entre 8 y 10 días, según el presidente de la patronal Institut del Cava, Joan Amat. En el cava se espera entre un 5 y un 10% más de producción que en el 2009. La vendimia en las cavas Vilarnau de Sant Sadurní d’Anoia se inició el 19 de agosto. En la Terra Alta, según el secretario del Consejo Regulador de la DO, Jaume Martí, la cosecha también llega “algo más generosa” que el año pasado pese a reducirse en un 5% la superficie de producción. En las denominaciones de origen Priorat y Montsant también esperan una gran añada.
Joan Santó, el responsable de la viña y el vino del principal sindicato agrario, Unió de Pagesos (UP), afirma que “aunque parezca imposible, la vendimia se presenta aún más complicada que el año pasado por la tendencia a la baja en los precios de la uva”. Afirma que la mayoría de pequeñas bodegas, que son las que suelen pagar un precio más elevado por la uva, recortarán compras, así como las grandes compañías. Esto se está traduciendo, según Santó, en el progresivo abandono de explotaciones y en la desaparición de viticultores, más de 7.000 en Catalunya desde el 2003. “Cada día se ven más viñas abandonadas”, asegura el responsable de UP. También rrecuerda que existen viticultores de la Terra Alta que aún no han cobrado la vendimia del año pasado. Sin embargo, Oriol Guevara, el director general del Institut Català de la Vinya i el Vi de la Generalitat, considera que la vendimia llega “algo más tranquila” que el año pasado en cuanto a la polémica por los bajos precios que se pagan por las uvas. No tiene dudas, sin embargo, que no se acabarán las “tensiones sociales” en el sector hasta que no se llegue a un acuerdo de estabilidad de los precios. Tanto desde Unió de Pagesos como desde la Generalitat se coincide en la percepción de que esta será una vendimia de buena calidad. Miguel A. Torres, el actual presidente en funciones de la principal patronal vinícola catalana, la Associació Vinícola Catalana, se muestra confiado ante la perspectiva de vendimiar una buena añada. Afirma que “los años en los que la vendimia se retrasa y se va hacia noches más frescas se consiguen las mejores calidades”. En cuanto a la polémica por el precio de las uvas, recuerda que desde su compañía se pacta el precio con la coordinadora que agrupa a sus más de 900 proveedores. Dice que “se trata de que todos podamos ir hacia delante en un momento en que los beneficios de los viticultores y los de los elaboradores son mínimos”. Recuerda, no obstante ello, que mientras Torres pagó 80 céntimos de euro por kilo de la uva tinta en el Penedès durante la última cosecha, en la Rioja se llegaron a pagar hasta 30 céntimos por kilo.

Excedentes de producción

Un documento del Observatori de la Vinya, el Vi i el Cava revela que en los últimos años se ha producido un incremento de la producción en el sector vitivinícola que ha originado “los excedentes de producción que sufre actualmente el sector”. Ello ha provocado una “alteración en el equilibrio del sector”. Se identifican como posibles causas de estos excedentes, según los expertos, un deficiente sistema comercial, una falta de coordinación en el sector, una escasa regulación de la oferta, unos rendimientos excesivos o una “inexistencia” de pagos diferenciados por la uva de calidad. También se observan como deficiencias una falta de inversión en I+D, los excesivos márgenes por parte del sector de la restauración o problemas en la orientación y aplicación de los planes de reestructuración de la viña. Como aspectos positivos se destaca que hay margen para mejorar las exportaciones el vino catalán, que está atravesando un período de crecimiento.

“Por cinco kilos de uva me pagan lo que cuesta un café”


RAMON FRANCÀS
La Granada

“Vivo con mucha angustia preguntándome si conseguiré salir adelante o bien si tendré que abandonar unas viñas a las que ya se dedicaron mis abuelos”. Quien así se expresa, vencido por el pesimismo de ver como desde hace años que no se pagan unos precios justos por la uva, es Josep Marrugat Via, un viticultor y representante sindical de 44 años del municipio de La Granada (en la parte central de la comarca del Alt Penedès). Lamenta amargamente que “por cinco kilos de uva, lo que produce una de mis vides, me pagan sólo lo que cuesta un café”. Divorciado pero sin hijos, asegura que tiene pocos gastos, lo que le ha permitido continuar trabajando en las viñas. Eso sí, sus beneficios son pingues. El único trabajador que tiene en sus 15 hectáreas de viñedo, el marroquí Abdelkader, gana más que él. Para pagarle el sueldo, 5,60 euros la hora, ha tenido que recurrir a solicitar un crédito. Se considera un viticultor que va contra corriente. De hecho, se ha alejado de hacer sobreproducir sus viñedos para compensar los papupérrimos precios que se pagan por la uva para y se ha centrado en producir uvas de mayor calidad.
Una indemnización por la afectación de un gasoducto de la empresa transportista de gas Enagás en una de sus viñas hizo hace tres años que se permitiera un lujo, un BMW 320 de segunda mano, que no hubiera podido costearse con sus 9 horas de trabajo diarias seis días a la semana en las viñas. Ahora confía en poder alargar todo lo posible la vida de su coche, que ya suma más de 130.000 kilómetros, así como de su tractor, comprado en el 2002. Afirma preocupado que “si el tractor no me aguanta no sé cómo me lo haré”. Otra indemnización, esta vez de entre 30.000 y 40.000 euros que percibirá por verse afectadas sus viñas por el trazado de la nueva carretera C-15, le permitirá “aguantar un par de años más”. Cree que si no llega a recibir estas indemnizaciones que ya haría tiempo que hubiera tenido que resignarse a abandonar los viñedos. Hace ya dos décadas, desde que viajó a las zonas vitivinícolas de Chile y Argentina, que no puede costearse un gran viaje. Este año, como mucho, sólo podrá realizar una “escapadita” de dos o tres noches con su coche y sin salir de Catalunya.
Josep Marrugat, que es el responsable de la viña y el vino del sindicato agrario Unió de Pagesos en la comarca del Alt Penedès, no ve otra solución a la grave situación que sufren los viticultores que la adopción de medidas estructurales urgentes en el sector. Culpa a las patronales y a la administración, que “ha hecho dejadez de funciones mientras los payeses nos morimos”. Tampoco ve ningún futuro posible si el viticultor no hace esfuerzos para diversificar su producción agraria. En su caso también cultiva olivos y melocotoneros. Especialmente difícil ve la situación de los viticultores que, como él, venden sus uvas a las cooperativas. Marrugat es socio de la Cooperativa de la Granada, que este año celebra su 90 aniversario.
Lamenta también que cada día menos jóvenes se incorporan a trabajar en los viñedos. Comprende que “ningún padre aconseja a su hijo a dedicarse a un trabajo en el que no ganará nada”. La profunda crisis que atraviesa su sector, como recuerda Marrugat, está provocando que muchos viticultores dejen las viñas. “Cada día más se ven y se verán más viñas abandonadas”, asegura. Dice que más de una vez se ha planteado seriamente dejar de ser viticultor, aunque tampoco ve otras salidas o alternativas profesionales.

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