L'anunci de xifres rècords de venda de cava fet per Gustau Garcia Guillament no ha agradat gens al sector, ni a les grans empreses ni als productors. De fet, la qüestió ha aixecat una important controvèrsia. Què en penseu? La polèmica es recull en un reportatge publicat avui dilluns a la secció d'Economia de La Vanguardia:
El cava, arriba; la uva, abajo
RAMON FRANCÀS
Sant Sadurní d’Anoia
El anuncio del ascenso vertiginoso de las ventas de cava durante el 2010, año en el que se alcanzó la cifra récord de 244,8 millones de botellas gracias al tirón de las exportaciones, ha abierto la controversia en un sector en el que el año pasado se volvieron a ajustar a la baja los precios de la uva. Mientras el presidente del Consejo Regulador del Cava, Gustau García Guillamet, ve al cava como un producto “absolutamente decisivo en el mantenimiento de la viticultura en nuestra zona de producción”, desde el sector cooperativo y el sindical se critica abiertamente el “triunfalismo” en plena crisis. Joan Santó, el responsable de la rama de la viña y el vino del principal sindicato agrario, Unió de Pagesos, afirma que “el hecho de que el cava se haya vendido como nunca no se ha traducido en un mayor valor añadido en todos los eslabones de la cadena”. Santó recuerda que “en julio del año pasado ya no había vino base cava en el mercado para poder adquirir por la buena marcha de las ventas”. “Pese a ello –añade- los precios de la uva en la última campaña no sólo no subieron, sino que bajaron”. También desde la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC) se ha lamentado que el récord de ventas del cava en el 2010 no se haya traducido en un aumento del precio de la uva. Según el responsable de la rama del vino de la FCAC, Josep Lluís Grogués, “el productor ha sufrido un constante recorte de sus ingresos”. Añade que las cotizaciones se sitúan entre los 16 y los 19 céntimos de euro por kilo de uva. Hace diez años el precio medio se situaba en 27 céntimos, un 37% más que actualmente. Grogués no tiene dudas que “de mantenerse esta situación, dejarán de cosecharse millones de kilos de uva” y que la efervescencia del cava “perderá todo su sentido porque faltará el principal producto para su elaboración: la uva de calidad”. Paralelamente, y mientras desde el Consejo Regulador del Cava ya se estima que en cinco años las ventas de cava podrían situarse en 300 millones de botellas, el presidente de la patronal Institut del Cava, Joan Amat, ha anunciado que próximamente se convocará a los representantes de las cooperativas y los sindicatos agrarios, en el marco de la mesa interprofesional, para “avanzar e intentar alcanzar un acuerdo de precios”.
Ante los resultados anunciados, el director general de Codorníu, Xavier Pagès, recuerda que “en nuestra firma medimos el éxito por la calidad y no por el número de botellas vendidas”. Pagès, en este sentido, apunta que “nos preocupa que el consumidor aprecie cada día más el valor de las marcas”. Desde Freixenet se afirma que el sector del cava, pese al récord de ventas, también está sufriendo la crisis y que las cavas han tenido que aplicar importantes recortes para poder mantener a las plantillas. El director de Comunicación de Freixenet, Pere Bonet, considera que “sin duda, es un éxito subir cuota de mercado en el mundo como lo ha hecho el cava y ser el espumoso de calidad más exportado”. Reconoce, pese a ello, que “la asignatura pendiente es mejorar la rentabilidad aumentando el precio en beneficio de todo el sector, desde el viticultor a la marca”.
Al bajo precio de la uva se suma el incremento de las marcas blancas. Tras incrementarse un 19,75% en el 2009, las marcas de la distribución crecieron un 3,7% en el 2010. Así mismo, la emergencia de empresas como Jaume Serra (J. García Carrión) a precios muy ajustados -en el 2010 sus ventas crecieron un 74%- o el anuncio de Félix Solís (Valdepeñas) de ampliar su portafolio adquiriendo unas cavas continúan generando gran inquietud en el sector.
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