dilluns, 19 de juliol del 2010

Vi i cinema



En el número d'aquest mes de juliol de la revista Vinos y Restaurantes abordo la fecunda relació entre el món del cine i el del vi.


Vinos de gran pantalla


RAMON FRANCÀS

En Mapa de los sonidos de Tokio, una película de Isabel Coixet interpretada por Sergi López y Rinko Kikuchi que ha traspasado fronteras, se han podido ver vinos españoles como el priorationo Salmos o el imponente Grans Muralles de la DO Conca de Barberà. La aparición de estos tintos de Torres no fue casual, sino fruto de un contrato de product placement. En Vicky Cristina Barcelona de Woody Allen, donde el vino está muy presente, se bebieron vinos de Álvaro Palacios tan remarcables como el afamado Priorat L’Ermita. También hay caldos españoles que han aparecido en producciones cinematográficas sin que, al parecer, haya mediado retribución económica de por medio por parte de la bodega, como se asegura que es el caso del riojano tinto de Ramón Bilbao en el film danés Después de la boda. Uno de los vinos españoles más renombrados, el jerezano fino Tío Pepe de González Byass, ha sido protagonista también en un buen número de películas, como Volver a empezar de José Luis Garci o El amante bilingüe de Vicente Aranda.
La irrupción del vino en la gran pantalla no es un hecho nuevo, aunque sí que caldos españoles empiecen a tener presencia en largometrajes destacados a nivel internacional. Y es que el vino español ha subido escalones y ya no sólo es el que Pablito Calvo ofrece a una imagen de Jesucristo crucificado en Marcelino pan y vino (1955). Si bien el galante pero incombustible agente secreto James Bond ha degustado míticos champagnes como Dom Pérignon o, desde hace un buen número de películas, los de la marca Bollinger, también oscarizadas producciones como Ratatouille han permitido que el gran público se acerque a joyas de culto como el Cheval Blanc de 1947, un Burdeos de Saint Emilion, o el Château Latour de 1961, también Burdeos pero de Pauillac. Otro ex James Bond, Pierce Brosnan, pide otro sensacional champagne, un Krug de Reims, en la ingeniosa película El secreto de Thomas Crown. En El festín de Babette se disfruta también de champagne, concretamente el de Veuve Clicquot Ponsardin. En Usted primero el champagne que se descorcha es un Taittinger de 1995. En Entre copas nos hablaron de vinazos como el californiano Opus One, y en el documental Mondovino se destacaron tintos antiglobalización como el memorable borgoña de Domain Hubert de Montille. Incluso la bodega del Penedès Avgvstvs Forvm fue una de las localizaciones más importantes de The Deal, un trhiller interpretado por Penelope Ann Miller, Henry Thomas, Dean Stockwell, Abel Folk y Lorena Bernal.
También en series televisivas se han podido ver vinos españoles y cavas. En El cor de la ciutat de TV3 se bebió el cava de Vilafranca del Penedès Mas Tinell mientras que en Ventdelplà, también de la televisión pública catalana, se ha servido el nuevo vino de Laurona, un proyecto en la DO Montsant en el que se han incorporado como socios mayoritarios dos de los tres componentes de La Trinca. El vino también ha protagonizado el hilo argumental de innumerables series televisivas y películas, desde Falcon Crest a Nissaga de poder pasando por Un buen año, La Grande Bouffe, 3055 Jean León, Sangre y vino, Un paseo por las nubes, Días de vino y rosas... En otro film, French Kiss, se llega a afirmar que el vino es como las personas puesto que “toma todas las influencias de la vida y las absorbe para adquirir personalidad”. Sea como fuere, ya hay quien ha dicho que “el vino es como el cine, hay buenas y malas cosechas”.

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