Torres reconstruirá su bodega de Chile, muy afectada por el terremoto
RAMON FRANCÀS
Vilafranca del Penedès
Bodegas Torres anunció ayer que reconstruirá su bodega de Curicó, en la zona del Maule de Chile, que resultó muy afectada a causa del seismo de la madrugada del sábado. Un 50% de las instalaciones de su bodega se han visto afectadas pero no han tenido que lamentar daños personales entre su plantilla, que suma 123 trabajadores. Las pérdidas materiales han sido importantes, aunque aún no han sido cuantificadas. Entorno a 300 barricas de 300 litros de vino quedaron aplastadas mientras que una tina de acero inoxidable que contenía 100.000 litros de vino se agrietó y se perdió todo su contenido. También han quedado destrozadas miles de botellas y maquinaria agrícola, y han visto como se levantaba el pavimento en diversos puntos de la propiedad. Las estructuras de la mayoría de los edificios de la bodega, sin embargo, no han quedado afectadas, lo que lleva a la compañía a anunciar la voluntad de recuperarse “en breve” pese a encontrarse a las puertas de la vendimia. De hecho, según el presidente de la compañía, Miguel Torres, se han visto obligados a retrasar una semana el inicio de la vendimia a causa de la interrupción en el suministro eléctrico y a la avería que han sufrido en un grupo electrógeno.
Torres ha anunciado que donará 50.000 euros al Ayuntamiento de Curicó para “contribuir a paliar las penalidades de los más necesitados”. También están estudiando las necesidades de los trabajadores de su bodega chilena que han visto sus casas afectadas considerablemente por el terremoto para “actuar con la máxima urgencia”. La Sociedad Vinícola Miguel Torres S.A. de Curicó, fundada en 1979, ha alcanzado una producción de unos 4,5 millones de botellas. Venden a una cuarentena de mercados de todo el mundo, principalmente en Europa, Chile, Estados Unidos y Japón. En el último ejercicio la facturación (sin IVA) alcanzó los 10,3 millones de euros. Cuentan con 912 hectáreas de viñedos propios. En enero pasado se incorporó a la presidencia ejecutiva de esta filial de Curicó el hijo del presidente del grupo, Miquel Torres Maczassek, con el objetivo de “modernizar y potenciar la compañía”. El seismo sorprendió a Miquel Torres de viaje a Estados Unidos.
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