Tenemos que anunciarles a todos los lectores de Sibaritas un alto en el camino en el transcurso de nuestra publicación. En otras palabras, que con el nuevo año suspendemos la edición de Sibaritas que, desde el año 1992, ha ido ilustrando la feliz trayectoria del vino español de las dos últimas decadas.
No sabemos si la suspensión sera definitiva, aunque si es verdad que las nuevas tecnologías de la comunicación y las tendencias de los nuevos aficionados, nos empujan tambien a explorar los caminos globales de Internet. Evidentemente, esta decisión afecta solamente a la revista, y no al resto de actividades editoriales de la empresa.
Con sus 18 años de vida, en los que Sibaritas ha logrado convertirse en una de las principales referencias de las revistas del vino en España, hemos tenido tiempo más que suficiente para analizar por dónde discurren las apetencias de nuestros lectores y ver que su interés por la información vinícola no ha crecido significativamente en los últimos años. Y eso que hemos contado con los mejores columnistas internacionales como Jancis Robinson, Michel Bettane, Victor de la Serna o Carlos Falcó y otros que ya han desfilado como Mauricio Wiesenthal y Jose Carlos Capel.
Sin embargo, nuestro pais lidera el mayor desinterés por la lectura de esta materia a nivel europeo, por no decir mundial, a pesar de ser el tercer pais vitivinicola del planeta. Incluso siendo Sibaritas, una de las revistas divulgativas del vino más ambiciosa, los resultados de lectura en el sector no han sido consecuentes con su rentabilidad, condicionando cada vez más los contenidos a la presión publicitaria, peligrando la independencia y la ética del mensaje. La crisis simplemente ha sido un tiempo para la reflexión a la hora de determinar si de verdad merece la pena mantener este soporte ante la realidad de si el lector patrio prefiere la cultura del vino que proyectan las revistas o sencillamente la puntuación de los vinos, tal y como parece ser la tendencia del aficionado actual.
Para lograr la supervivencia de Sibaritas no vamos a recortar tirada, ni los contenidos y tampoco a nuestros colaboradores de lujo y asi lo entendemos para tomar esta dolorosa decisión.
Esperamos compensar este amargo anuncio con otros modos de transmitir nuestros conocimientos sobre el vino que no son pocos.
José Peñín
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