Aquest divendres signava a la recontraportada d'Economia de La Vanguardia un article sobre el gir cap als orígens d'Abadal. S'ha passat de cabernets i merlotsva les varietats autòctones. Què en penseu?
Abadal regresa a las esencias
La bodega de la DO Pla de Bages apuesta por los vinos de variedades autóctonas en su 25 aniversario
RAMON FRANCÀS
Barcelona
La bodega emblema de la DO Pla de Bages, Abadal, celebra su 25 aniversario iniciando, como también su propia zona vitivinícola, un viaje de regreso a “las esencias”, a sus orígenes. De hecho, los caminos de Abadal y de la DO Pla de Bages, ambos presididos por el empresario Valentí Roqueta, son convergentes. Ambos se han centrado en los parámetros cualitativos y no en los cuantitativos. De hecho, hoy la DO Pla de Bages solo cuenta con 550 hectáreas de viñedos, repartidas en 26 municipios de la comarca, y una decena de bodegas inscritas. Valentí Roqueta ya tenía claro hace 25 años que para recuperar el Bages como zona vitivinícola de prestigio necesitaba de la complicidad de “compañeros de camino”. Hoy la totalidad de la producción del Bages se embotella -no se vende ni un solo litro a granel- lo que muestra el éxito de la zona. Cuando Abadal sacó sus primeras botellas al mercado los caldos del Bages sólo eran reconocidos como vinos de mesa de la zona de Artés. Posteriormente se avanzó hacia la distinción Vino de la Tierra del Bages, el embrión que permitiría crear en octubre de 1995 la DO Pla de Bages. Hoy, la DO Pla de Bages y Abadal, que iniciaron sus trayectorias apostando por las variedades de uvas internacionales, se muestran decididos a “preservar nuestro paisaje y territorio apostando por las variedades autóctonas”, como la picapoll blanca y tinta, la sumoll de grano menudo o la mandó.
Abadal, incluso, ha impulsado un proyecto volviendo la vista a 1883, cuando su finca vitivinícola de Santa Maria d’Horta d’Avinyó experimentó su mayor apogeo. Están replantando sus viejos viñedos con las mismas variedades autóctonas, y con el mismo marco de plantación, que sus antepasados. Las vides se plantan dejando solo el paso que, antes de la llegada de los tractores y los emparrados, necesitaban las mulas y los arados, con lo que favorecen una mayor competencia entre raíces buscando una mayor calidad de las uvas. El objetivo, según Valentí Roqueta, es “dar la máxima expresividad y autenticidad a nuestros vinos”. Se muestra convencido de que no fue por azar que sus antepasados plantaron esas variedades ancestrales. Pese a ello, Abadal ha querido rendir homenaje a sus orígenes con un tinto de edición limitada elaborado con las mismas variedades con las que inició su andadura: merlot, cabernet sauvignon, cabernet franc y syrah. O sea, el Pla de Bages y Abadal se están “reiventando”. Para hacer frente a su regreso a los orígenes vitícolas de la zona, Abadal está invirtiendo en mejorar la recepción de las uvas en la bodega y en depósitos más pequeños y sofisticados para llevar a cabo las microvinificaciones por separado de las distintas variedades autóctonas. También están incrementando sus exportaciones, que ya alcanzan el 45% de sus cerca de 390.000 botellas anuales, y apostando por la recuperación de las tinas y las barracas de viñas y por el enoturismo.
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